Una tarde del 26 de abril de 1995, miles de jóvenes limeños convergían sobre un mismo punto: el Estadio Nacional. Iba a ser un miércoles diferente, la capital peruana disfrutaría de un evento poco común en ese entonces: un concierto de música del artista Phil Collins.
El terrorismo había amainado y se respiraban ciertos aires de tranquilidad, lo que motivó aún más a compartir la música con el gran baterista de Genesis. Tan solo diez años antes el músico británico había participado en el concierto de ayuda por África, cantando tanto en Estados Unidos como en Inglaterra en un mismo día, para lo cual tuvo que cruzar el océano Atlántico en un Concorde.
Collins surgió en la famosa banda Genesis, a la que se integró en 1970 para adueñarse de la batería. Allí dictó cátedra en el llamado rock progresivo junto a otro grande como Peter Gabriel. Collins conquistó a los limeños en un concierto que pasó las dos horas y media de duración. Las tribunas del Estadio Nacional –norte, occidente y oriente- recibieron a sus entusiastas seguidores. Otra buena parte se ubicó sobre el gramado, desde donde se pudo “vivir” cada tema con mayor intensidad.
Poco antes de las nueve la noche empezó a calentarse cuando hizo su aparición el ex integrante de Genesis, quien descargó un solo de batería que pareció disipar la fría neblina que se había posado sobre el enorme escenario. El tema de arranque fue “The far side…of the World”
El espectáculo estuvo dividido en dos partes. En un inició interpretó los temas de su reciente producción, alternándolos con algunas canciones clásicas de su repertorio. Tras un intervalo de quince minutos Collins concentró su presentación en la ejecución de éxitos como “Two hearts” y “Sussudio”.
La juventud capitalina, muy poco acostumbrada a presentaciones de ese nivel –y algo decepcionada aún por deserciones como las de Michael Jackson en 1993-, esta vez sí disfrutó de las luces y el nivel de sonido que acompañaron la presentación del músico británico.
Ayudado por unos papelitos, Collins exigió su limitado castellano para hacerse simpático y cercano, y lo consiguió con frases breves como “Hola Lima” y “Chim pum”, que la gente contestó con entusiasmo.
La velada se cerró con un público agradecido de escuchar canciones como “One more night”, “Against all odds” y “Another day in Paradise”.