Hace 60 años, un viejo lobo de mar sentía recorrer de nuevo la adrenalina de introducirse en las profundidades del océano. El 19 de agosto de 1961, el capitán de navío Juan de Althaus Dartnell revivió sus años mozos a bordo del sumergible “Angamos”, al celebrarse el medio siglo de existencia de la Fuerza de Submarinos del Perú.
De Althaus, fue comandante del BAP “Ferré”, primer submarino de nuestra Marina de Guerra, que llegó al Perú en 1912.
El “Ferré” fue construido en Francia durante el gobierno de Augusto B. Leguía (1908-1912). El modelo, elaborado por el francés Maxime Laubeuf, y vendido al Perú en 1910, tenía 46 metros de eslora (longitud), 4.5 de manga (ancho) y 2.7 de puntal (altura).
Su máxima profundidad de inmersión era de 30 metros y cargaba ocho torpedos Schneider. Su dotación era de 18 hombres, entre los que se encontraba el entonces teniente primero Althaus.
Althaus Dartnell, pariente de Jorge Chávez Dartnell, llegó desde Piura a Lima en 1910, convocado por el gobierno peruano.
Viajó de inmediato a Europa, comisionado para supervisar la construcción del sumergible. Lo acompañó el capitán de corbeta Ernesto Caballero.
Homenaje y celebración
En la ceremonia de 1961, todo empezó a las 7:45 de la mañana. El personal submarinista formó en la Estación inmediata al Arsenal Naval, en el Callao, para rendir honores al pabellón nacional, ante los representantes del Congreso y los agregados militares de países vecinos.
Althaus Dartnell, quien también desciende del almirante Martín Guise, fundador de nuestra Marina de Guerra, participó emocionado de una breve misa castrense frente a la Base de Submarinos, donde escuchó con atención al teniente de navío Alfonso Panizo, quien pronunció una patriótica alocución.
Inmersión, inmersión…
Las festividades tenían como evento estelar el desplazamiento de los submarinos “Angamos” y “Dos de Mayo” hacia altamar. Con escaso cabello, canoso, pero altivo, Althaus descendió por la escalerilla que conduce al interior de la nave. Fue un momento emotivo para él y para los marinos y autoridades que observaron la escena.
Iniciada la travesía, con su invitado de honor a bordo, en el “Angamos” cada uno de sus 43 tripulantes asumió sus tareas.
Cuando la unidad submarina llegó a la zona de operaciones, se alertó al personal para la inmersión. El comandante Piqueras se trasladó al puesto interior central, y fueron cerradas todas las escotillas.
Tras la inmersión del “Angamos”, que duró 23 minutos, Althaus Dartnell se ubicó ante el periscopio y, como en los viejos tiempos, cerró un ojo mientras con el otro divisaba el horizonte o “a un posible enemigo a la vista”.
Maniobró con destreza tanto el periscopio corriente como el periscopio de guerra. Cuando el comandante Piqueras dio la orden de ascender, un mecanismo de presión de aire desalojó el agua de los compartimentos, permitiendo a la nave subir a la superficie.
Al concluir el viaje Althaus dijo emocionado: “Ha sido para mí muy interesante esta inmersión, porque he podido darme cuenta de la diferencia que existe entre estos submarinos modernos y los sumergibles que recibió el Perú en Francia en 1911”.
“Me ha halagado mucho que me hayan agasajado en esta ocasión, aunque no tengo más mérito que haber sobrevivido algunos años para celebrar este cincuentenario”, agregó.
Tras atracar el sumergible en su espigón en maniobra impecable, ante la puerta principal de la Base de Submarinos una Compañía de Infantería de Desembarco, con bandera de guerra y banda de músicos, recibió al ministro de Marina, Guillermo Tirado.
Las palabras de Althaus
El comandante Althaus, presa de visible emoción, dijo que el homenaje lo relacionaba al personal de submarinistas que ha contribuido a formar esa fuerza eficiente y bien entrenada, teniendo la satisfacción de haber sobrevivido para ver su progreso.
Recordó su llegada con el “Ferré” cuando solamente se tenía los cruceros “Grau” y “Bolognesi” y la cañonera “Lima” sin instalaciones en tierra para el servicio de los buques, y señaló que ahora hasta se tiene astilleros para la construcción de buques de gran calado, contándose con una flota bastante respetable para resguardar bien nuestra frontera marítima.
A su turno, el ministro Tirado recordó que hacía 50 años se había organizado en nuestro país y también por primera vez en América del Sur una flota de Profundidad.
Fue un 19 de agosto de 1911 en que el pabellón nacional fue elevado en los recién construidos “Ferré” y “Palacios”, en los puertos de Francia, lo que motivo instituir este día como el de la Fuerza de Submarinos del Perú.
Tirado expresó que “en una sola persona iba a manifestar la gratitud hacia los hombres que envejecieron en el mar: esa era la figura caballeresca del comandante Althaus, que representaba, en este instante, a la Marina del pasado y del presente, que había sido maestro de maestros y que dio ejemplo verdadero y profundo”.
Durante su alocución, el ministro de Marina puso en manos del capitán de navío Althaus una plaqueta con la siguiente inscripción: “La Fuerza Submarina del Perú, en su cincuentenario (1911-1961) al señor capitán de navío Juan de Althaus Dartnell, comandante BAP “Ferré”, primer submarino de la Marina de Guerra del Perú”.
Althaus agradeció por la plaqueta y manifestó que la conservaría siempre como uno de sus más preciados objetos. Y seguramente que así lo hizo.
Destellos biográficos
Althaus Dartnell nació en Francia el 6 de diciembre de 1879. Llegó al Perú en 1893, ingresó a la Escuela Naval y tras graduarse realizó prácticas en la Armada argentina. En 1906 viajó a Inglaterra como dotación del Almirante Grau y en 1909 sirvió en el Coronel Bolognesi. Tras supervisar la construcción del sumergible “Ferré” en 1910, cinco años después se convirtió en comandante del cazatorpedero Teniente Rodríguez.
Luego comandó el Iquitos y viajó por Europa, Estados Unidos y Chile. Ascendió a capitán de navío en 1928 y fue adjunto naval en Francia y Alemania. En 1930 fue nombrado director de la Escuela Naval y luego jefe de Estado Mayor General. Dejó el servicio en 1939 y falleció el 9 de julio de 1970, en el Callao.