“El monstruo de Piñonate”: el delincuente que raptó a una niña para hacerla pasar como su hija
Maleante secuestró a la menor después de tomar licor en una cantina de San Martín de Porres. Días después, el peligroso sujeto fue capturado mientras paseaba junto a la pequeña por el mercado de Comas.
Los últimos días de agosto de 1965 una niña, de 4 años, desapareció de la puerta de su casa en San Martín de Porres. La secuestraron mientras su mamá compraba en una panadería cercana. La Policía se movilizó en una búsqueda continua durante varios días. Día después, la menor fue hallada sana y salva en un mercado de Comas. Los padres del secuestrador declararon que éste la hizo pasar como su hija ante su familia. En una cruda confesión, “El monstruo de Piñonate” reveló que pudo haber abusado de la menor sin que se diera cuenta.
ABRUPTA DESAPARICIÓN
La tarde del 29 de agosto de 1965, Olga Mestanza se dirigió a una panadería ubicada a 50 metros de su casa, en el barrio de Piñonate, en San Martín de Porres. Al salir, la joven madre dejó a su hija Gladys, de 4 años, parada en la puerta de su domicilio. En el momento en que regresaba se percató que la menor había desaparecido. La histeria se apoderó de ella.
Así empezó a buscarla con desesperación por las calles aledañas a su vivienda. Luego de preguntar a varios vecinos, un joven que vivía por la zona le dijo que había visto a su hija de la mano con un sujeto. Según la descripción del testigo, el hombre tenía como unos 30 años; alto, con erupciones en el rostro y llevaba bigote. Nadie lo había visto antes por el lugar.
De inmediato, Mestanza fue hasta el sitio descrito por el muchacho. Sin embargo, no encontró a su hija. Solo supo que el presunto secuestrador se la había llevado hacia el lado este del distrito. Un nuevo caso de secuestro se abriría en el Perú que, hasta julio de ese año, había registrado más de 50 desapariciones mensuales de mujeres entre 1 y 16 años. Una estadística aterradora.
MULTITUDINARIA BÚSQUEDA
Esa noche, la angustiada madre acudió a la Octava Comisaría del distrito para sentar la denuncia. Esta fue registrada en la Sección de Desaparecidos de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP). Sin embargo, los agentes recién empezaron a recoger datos de la niña secuestrada luego de 12 horas de sucedido el hecho.
El 31 de agosto, recién se abrió una investigación contra “El monstruo de Piñonate”. El vecino testigo de la desaparición fue llevado a la delegación policial para intentar identificar al secuestrador en una galería fotográfica de varios avezados delincuentes. Luego, la PIP confeccionó un identikit del presunto raptor con los escasos datos que proporcionó el testigo. La descripción no ayudaba en mucho a los agentes.
Horas después, la Policía realizó una multitudinaria búsqueda por todo el sector de San Martín de Porres. Una nueva oleada de policías volvieron a juntarse en la noche para revisar todo el sector. Además, los investigadores trataron de localizar al ex conviviente de Olga Mestanza, pero no pudieron ubicarlo. No había ninguna pista que lograra resolver este misterioso caso.
Al día siguiente, el 1 de setiembre, más de 60 guardias civiles e investigadores iniciaron una nueva búsqueda desde tempranas horas de la mañana. Esta vez exploraron todas las zonas de San Martín de Porres con ayuda de perros rastreadores. También llegaron a algunas haciendas; así como al río Rímac y a las pampas de Comas. De esta manera, capturaron a varios delincuentes.
CAPTURA DEL SECUESTRADOR
La mañana del 2 de setiembre de 1965, la Policía volvió a salir para encontrar a la pequeña Gladys. Los investigadores temían que la menor secuestrada haya corrido la misma suerte que “Marilú”, una niña que en 1963 fue ultrajada y asesinada cobardemente por un sujeto que la dejó en una alcantarilla de Breña. Nunca se encontró al homicida.
Cerca del mediodía, la PIP informó que ya había capturado al secuestrador. “Ha sido capturado el raptor. No podemos aún dar su nombre. Más tarde informaremos”, dijo un oficial de la Policía de Investigaciones al reportero de El Comercio. Horas después, los agentes detallaron que la menor de 4 años fue encontrada sana y salva.
La niña fue vista en poder de Félix López, un sujeto de 33 años, con antecedentes policiales por asalto y lesiones. El delincuente era conocido en el distrito de La Victoria como “El Flaco Félix”. Su captura se dio cuando paseaba junto a la menor por los alrededores del mercado de Comas.
Durante esos cuatro días que estuvo desaparecida, la menor vivió en una casa del quinto sector de ese distrito. Luego, López la llevó al domicilio de su madre y la presentó como su hija “Melita”. Los vecinos de la zona le dijeron a la Policía que vieron a “la niña jugando con otros niños del barrio y no sospecharon nada del secuestro”.
Tras pasar el examen médico de rigor, la pequeña Gladys fue entregada a sus padres. Sin embargo, la Policía explicó que la menor fue hallada sin signos de haber sido maltratada. Asimismo, los agentes informaron que el detenido negaba ser el autor del secuestro. Él explicaba que la había encontrado un día antes por una zona de Comas. Este hecho fue desmentido minutos después por su propia madre.
CLARA EVIDENCIA
Horas más tarde, los investigadores informaron que el resultado de la prueba médica era negativo. También explicaron que el joven testigo reconoció a Félix López como el secuestrador de la menor. Asimismo, recalcaron que los padres del secuestrador aseguraban que su hijo había llevado a la niña a su casa presentándola como su primogénita.
La hermana del detenido también dijo a los agentes que Félix tenía una hijita de cinco años llamada Melita. La niña estaba en poder de su madre y, por eso, su hermano cada vez que tomaba licor se deprimía mucho y empezaba a llorar. Al punto que una vez intentó suicidarse.
Esa noche, los investigadores descubrieron en la casa de López la misma pelota roja de plástico y una muñeca de trapo que la menor llevaba el día del secuestro. El detenido seguía negando ser el autor de este hecho. También era sospechoso de la muerte de “Marilú”, ya que por esos años el sujeto vivía a solo cinco cuadras de su domicilio.
SE DECLARA CULPABLE
Al día siguiente, el 3 de setiembre de 1965, Félix López se declaró culpable del secuestro de la pequeña Gladys. El sujeto dijo que raptó a la niña tras haber estado tomando licor en una cantina de San Martín de Porres. La Policía corroboró este hecho.
Además, López contó que se llevó a la niña en un ómnibus. Luego, la ocultó en su casa de esteras en Comas. Allí se aprovechó de la menor sin que ella se diera cuenta. Más adelante, el depravado sujeto fue puesto a disposición del 5to Juzgado de Instrucción de Turno. Es así como la Policía logró resolver el caso de “El monstruo de Piñonate”.