Lulú Beltrán

La mujer de la foto es la Chica de la Tele. Se llama , pero todos la conocen por el diminutivo de su nombre, Yola. Para muchas generaciones de niños peruanos, Yola –con sus pantalones acampanados, sus vestidos de primavera y sus sombreros de alas anchas– encarnó a un hada televisiva que, desde la pantalla de Canal 4, les enseñaba a cantar y bailar. No lo hacía sola, sino rodeada de peluches animados y adolescentes disfrazadas de muñecas que ella bautizaba como ‘Burbujitas’ (una amiga de mi mamá asegura haber postulado para ser burbujita, pero la descalificaron porque acababa de cumplir veinticinco). Algunos de los temas del programa Hola Yola se convirtieron en los himnos infantiles de esa época: El telefonito, El eco, Mami de mis amores, la Feria de Cepillín o el inolvidable Si toco la trompeta. Fue la trompeta, precisamente, el instrumento que Yola aprendió a tocar gracias a Tito Chicoma, su amigo y arreglista musical, con quien aparece en esta fotografía.

Las canciones que Yola interpretaba en sus programas son considerados clásicos de la música infantil. En esta imagen la acompaña el trompetista Roberto “Tito” Chicoma con quien trabajó durante toda su etapa en la televisión, grabaron más de 25 discos LS. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Las canciones que Yola interpretaba en sus programas son considerados clásicos de la música infantil. En esta imagen la acompaña el trompetista Roberto “Tito” Chicoma con quien trabajó durante toda su etapa en la televisión, grabaron más de 25 discos LS. (Foto: GEC Archivo Histórico)

Chicoma acompañó a Polastri tanto en su primera etapa como en sus muchos relanzamientos, como cuando se reinventó como Yola Rocker y, con pantalones pegados y peluca a lo Tina Turner, lanzó hits más ‘juveniles’ como Sabor a Miel. Miremos juntos la imagen, captada no sabemos en qué tipo de locación exactamente. Vemos unos arbustos, una ventana semiabierta, un puñado de globos que cuelgan de una estructura imprecisa, un quiosco cerrado con el emblema de Pepsi y la punta del zapato de alguien que se cuela en el encuadre. Es un día de sol. Los tirantes de Yola y las patillas de Chicoma nos dicen que estamos a fines de los setenta. Él simula darle una lección y ella actúa para las cámaras. La Chica de la Tele está en la cumbre de la fama. Cuarentaicinco años separan ese momento del presente. Hoy Yola está en una cama de Cuidados Intensivos por un accidente cerebrovascular. Ella no solo entretuvo a sus televidentes por décadas, sino que intentó llevarles mensajes de amor en tiempos que no eran de amor. Ese fue su legado. Ojalá que vuelva para seguir cantando.

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