Aseguramiento universal en salud: ¿Oportunidad o populismo?
La semana pasada el Poder Ejecutivo publicó el Decreto de Urgencia N° 017-2019 que establece medidas para que el Perú logre la cobertura universal de salud. Es difícil encontrar alguien que pueda oponerse a tan noble objetivo. Pero el demonio esta en los detalles, y ahí es donde el DU ha originado diversas observaciones.
Seguros de salud
Por mas gratuito que parezca, todo servicio de salud tiene un costo y alguien paga por el. En sistemas de atención universal con un único pagador -como Canadá o países europeos- quien paga es el gobierno y los servicios son homogéneos para toda la población. En sistemas eminentemente privados -como Estados Unidos- el seguro se obtiene a través del empleador, y por su elevado precio, deja millones de personas sin cobertura.
En el Perú, las Instituciones Administradoras de Fondos de Aseguramiento en Salud (IAFAS) son las organizaciones que brindan seguros de salud, los cuales son de dos tipos, privadas y estatales. Las estatales son EsSalud, el Sistema Integral de Salud (SIS), los seguros de las Fuerzas Armadas y el Seguro de la Policía. Las privadas incluyen cuatro Empresas Proveedoras de Salud (EPS), Rímac, Mapfre, Sanitas y Pacífico.
El SIS tiene cuatro tipos: gratuito, independiente, microempresas y emprendedor. Por su parte, EsSalud es financiado por los pagos que hacen los empleadores, y las EPS complementan los servicios básicos que reciben los asegurados de EsSalud, quien paga por esa cobertura extra.
Debido a que, en cualquier sistema de salud, la cantidad de dinero que se dispone para pagar por los servicios de salud es finita, todos los pagadores tienen listas o menús básicos de enfermedades y procedimientos médicos que pagan a sus asegurados.
En el Perú, esa lista básica esta contenida en el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), compuesta de 1,110 enfermedades y 530 procedimientos integrados en seis grupos: población sana, pediatría, obstetricia y ginecología, algunos tipos de cáncer, enfermedades infecciosas y enfermedades crónicas (incluye algunos diagnósticos de salud mental). Además de ese plan de cobertura básica, existe un plan de cobertura llamado Plan Complementario, que paga por enfermedades y procedimientos (incluyendo cánceres) que no están en el PEAS. Por último, el Fondo Intangible Solidario de Salud (FISSAL), financia a un grupo de 400 enfermedades llamadas de alto costo (incluye siete tipos de cáncer, las enfermedades huérfanas y la insuficiencia o falla renal crónica que requiere diálisis hasta encontrar un riñón para el trasplante). Se estima que 25% de los gastos en los pagos de aseguramiento en salud se dedican al pago del PEAS y 75% al Plan Complementario y al FISSAL.
El Decreto de Urgencia
El DU publicado la semana pasada dispone que las 4 millones de personas que faltan, para que Perú llegue al 100% de cobertura de aseguramiento de salud, sean inscritas en el SIS. El DU dispone también que se forme una Comisión Multisectorial con dos funciones básicas: modificar las listas del PEAS y del Plan Complementario para decidir que se va a pagar y que no. Esta tarea deberá ser completada a fines de febrero del 2020.
El DU dispone además que para fines de marzo del 2020, en las mas de 8,000 Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud del Minsa (IPRESS), se implemente un sistema electrónico para que los pacientes obtengan sus citas médicas y para que los profesionales de salud extiendan sus recetas médicas electrónicamente.
Lamentablemente, este ambicioso plan se anuncia sin asignar un aumento en el presupuesto del Minsa o del SIS. Al parecer, los funcionarios del Minsa están apostando a que -debido a que las personas mas enfermas ya están incluidas en el SIS- la inclusión de esas 4 millones de personas jóvenes y sin mayores problemas de salud, no incurrirán en gastos extraordinarios. Es posible también, que confíen en la recaudación que puedan obtener en el plan semi contributivo del SIS, luego de catalogar a los ciudadanos de acuerdo con su vulnerabilidad económica; proceso que debe estar listo a fines de febrero del 2010.
¿Vaso semi lleno o semi vacío?
Como toda decisión de salud publica, las opiniones con respecto al DU están divididas. Unos piensan que al saberse las enormes carencias y deficiencias que tiene el sistema de salud actual, el DU es un plan populista, irreal y que va a empeorar las cosas. Razonan estos que cómo se van a atender a 4 millones de personas mas con la misma cantidad de dinero. Hay temor de recortes importantes en los Planes Complementarios y de las enfermedades de alto costo.
Otros, al contrario, piensan que el DU es una oportunidad hacia un cambio positivo en el sistema de salud y dicen que si no se empieza ahora, cuándo se va a empezar.
Corolario
Si analizamos lo descrito, vemos que ha sido esencialmente una discusión sobre el pago de los gastos ocasionados por enfermedades, la mayoría avanzadas e incurables. El tema de la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud ha brillado por su ausencia. De seguir así, no habrá dinero que alcance para pagar por todas las enfermedades del futuro.
Pensamos que esta es una excelente oportunidad para replantear el sistema de salud y desarrollar el cuidado primario de salud a nivel del vecindario, en las postas medicas. Para eso, va a ser necesario que ministros y presidentes dejen de adorar el populismo de los hospitales y se den cuenta que el bienestar del ciudadano -con prevención y promoción de la salud- esta en la implementación de postas médicas amigables y de calidad. De otro modo, el ministerio de salud tendrá que cambiar su nombre a ministerio de enfermedades.