Cónclave en el Vaticano: a la espera del nuevo Papa
Mañana comienza el Cónclave, la reunión de cardenales que en absoluta reserva elegirán al nuevo Vicario de Cristo, el tercero del siglo XXI. Huellas Digitales recuerda algunos datos y números sobre la historia de los representantes de Cristo en la tierra.
El primer cónclave
La primera asamblea cardenalicia, similar al cónclave moderno, se realizó en 1118. Los cardenales fueron convocados en el monasterio de Santa María in Pallara, en el Palatino, para elegir a Gelasio II (Juan Coniulo), según refiere Alfredo Urdaci en su libro “El cónclave”. Gelasio II murió en 1119.
Papas no aristocráticos
Desde principios del siglo XX los sucesores de San Pedro han sido de una extracción social lejana a la nobleza. Su origen ha sido campesino o artesanal; hijos de trabajadores o empleados de clase media, tal como sucede con Pío X (Giuseppe Melchiorre Sarto), de padre cartero y madre costurera.
Juan XXIII, Pablo VI, y Juan Pablo II también tuvieron orígenes modestos. Estos son conocidos como los “papas plebeyos”, según la obra “Los papas y la iglesia del siglo XX”. ¿Cuál será el origen socioeconómico del futuro papa?, ¿Qué nacionalidad tendrá?, ¿Será un papa reformista?, son muchas las preguntas que empezamos a hacernos.
Ante las fauces del nazismo
Joseph Ratzinger cuenta en su biografía que en plena guerra fue destinado a Burgenland, Austria, en la frontera con Hungría y Checoslovaquia, para hacer servicio laboral. Una noche el grito de un oficial ordenó a todos los jóvenes a formar una fila. El militar los conminó a sumarse a los grupos de las SS, pero algunos como Ratzinger se opusieron. Al decirles que quería ser sacerdote lo llenaron de insultos. Las diatribas, que se mezclaban con el sonido aterrador de la artillería, no lo hicieron cambiar de opinión.
Tres Pablos antes de Benedicto
Un trío de papas con algo en común fueron los antecesores del renunciante Benedicto XVI. Todos ellos se hicieron llamar Pablo: Pablo VI (1963-1978), Juan Pablo I (1978) y Juan Pablo II (1978-2005). Y todos, también, dejaron un sello especial que los distinguirá para siempre. Pablo VI, en 1964, se reunió en Tierra Santa con el Patriarca de Constantinopla Atenágoras I, limando asperezas entre ambas iglesias. De Juan Pablo I quedará grabado en los católicos su corto período en el trono de San Pedro y su eterna sonrisa. Mientras que Juan Pablo II se dedicó a recorrer el mundo, convirtiéndose en el “papa peregrino”.
14/10/1978: cónclave para elegir al sucesor de Juan Pablo I.
Las redes de Pedro y Benedicto
En los mares de Galilea Jesús encontró a su futuro primer papa, un pescador llamado Pedro. No era un buen día de pesca, pero el “maestro” le insistió a Pedro en volver a las aguas profundas y lanzar las redes. De pronto cientos de peces sacudían la lancha del asombrado hombre de mar.
Benedicto XVI salió a buscar fieles utilizando las redes del siglo XXI. En su tuit del 10 de febrero podemos leer: “Confiemos siempre en el poder de la misericordia de Dios. Todos somos pecadores, pero su gracia transforma y renueva nuestra vida”. El Vaticano se inscribe así en la modernidad de las comunicaciones.
2.872 días en el Vaticano
Cuando Juan Pablo II falleció, el 2 de abril del 2005, su pontificado había durado 9.665 días. Todo un record para el hombre de 84 años que luchó hasta el final contra el mal de Parkinson y otras dolencias. De lejos superó el período de Pío XII, que alcanzó 7.152 días, cuando un infarto al miocardio lo mató a los 82 años.
Benedicto XVI ocupó el trono de Pedro el 19 de abril del 2005, y hasta el 28 de febrero, día en que dejó el divino cargo, cumplió 2.872 días como sumo pontífice. Ratzinger se va porque su fortaleza física ha decaído.
(Miguel García Medina)
Fotos: Agencias