La fiebre en chino
Una ola creciente de investigaciones sobre China de nuevos expertos latinoamericanos que no manejan el idioma chino y utilizan el inglés como filtro, o peor aún, desconocen la historia china a profundidad está invadiendo la academia (*).
Esto no existía hace cinco años cuando el grupo de especialistas latinoamericanos era muy reducido, disciplinado y estaba sumergido en los estudios hace una década. Algunos de ellos hasta empleaba el idioma chino como herramienta en sus investigaciones.
“Hoy estamos ante una maraña de publicaciones, algunas muy importantes y otras muy precarias. Los trabajos que no son serios ni profundos han tomado bibliografía solo del inglés o no han verificado la información con fuentes chinas”, explica el catedrático argentino Eduardo Oviedo, de la Universidad Nacional del Rosario.
Para el especialista que lleva dos décadas involucrado en el tema chino y además ha sido intérprete de los presidentes Menem, De la Rúa, Duhalde y Kirchner durante sus viajes a China, los investigadores entusiasmados en la relación China-América Latina deben emplear ambos idiomas y acceder a fuentes y bibliografía también en chino.
“Mi reciente libro basado en las relaciones entre China y Argentina fue motivado en parte por la imprecisión que existe sobre este tema. Me propuse dar precisión a hechos que fueron redactados de forma incorrecta o tergiversados a partir de fuentes de consulta en español, inglés o chino”, sostiene.
Los innumerables datos erróneos que circulan en Internet sobre el tema chino incluso provienen de fuentes chinas, de allí la necesidad de cruzar información. “Hace unos años revisé una tesis de la Universidad de Londres. El trabajo abordaba las relaciones entre China y América Latina. De las seis referencias sobre Argentina, cuatro de ellas eran erróneas. El texto original pertenecía a un investigador chino que no había profundizado en la materia”, comenta.
“Investigadores serios que estudien sobre China sí los hay. Ellos deben ser los faros que orienten las futuras investigaciones desde sus propias universidades”, destaca. Para Oviedo, el rol actual de las universidades latinoamericanas es impulsar los estudios chinos y crear centros de investigación académica.
“Han aparecido muchos centros sobre China, algunos hasta unipersonales o con directores no están debidamente preparados”, subraya. El catedrático argentino considera que las universidades latinoamericanas deben tender una red para concentrar esfuerzos, realizar investigaciones conjuntas e intercambiar información.
“Por supuesto que es importante analizar la balanza comercial entre China y los países latinoamericanos, pero más importante es identificar la tendencia a largo plazo y para ello se requiere una reconstrucción histórica a la luz de las relaciones bilaterales. Algunos países hasta desconocen su verdadera historia con China”, puntualiza.
Y cuando algo se desconoce es imposible que se pueda avanzar con buen pie, agrega el experto que anima a otros investigadores latinoamericanos a profundizar en las relaciones bilaterales con China. El sueño consiste en reunir todos estos trabajos para que finalmente, América Latina pueda reconstruir su verdadera historia con China, contada desde su orilla.
(*) La versión editada de esta nota apareció en la edición impresa.
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