Föllakzoid en Lima: Nunca nos influenció el krautrock, lo nuestro nace de los Andes [Entrevista]
En el documental que Vice le dedicó al krautrock, titulado “Under the Influence“, artistas como Can, Neu!, Jeff Tweedy (Wilco), Daniel Kessler (Interpol) y Zachary Cole Smith (DIIV) describieron la influencia de este movimiento musical —nacido en la Alemania de la posguerra— en las últimas décadas. Pero en el mismo documental también participó Föllakzoid, que dedicó sus minutos para desmitificar el origen de aquel sonido germano y atribuirlo a la música andina.
Hoy, este colectivo surgido en Santiago de Chile se presentará por primera vez en nuestra capital, como parte de la sexta edición del Festival Integraciones organizado por la Fundación Telefónica. A propósito, conversamos con Domingo García-Huidobro, miembro de esta agrupación, que cuenta con tres álbumes de estudio y forma parte del importante sello discográfico Sacred Bones Records.
Tu agrupación nace en Chile, pero nuestro país ha sido parte importantísima de tu vida… y supongo que también de tu música.
DGH: Yo viví en Perú, me eduqué en Perú, mi familia vive aquí, estudié aquí, mis amigos de infancia son peruanos, pero nunca había venido con Föllakzoid. Me alegra que mis compañeros de banda puedan conocer esta parte de mi vida.
Es importante que dentro de la escena limeña se haya abierto un espacio para propuestas como Föllakzoid.
DGH: Sin duda alguna. Estamos muy contentos; y yo, personalmente, muy emocionado de haber venido, porque no fue algo que busqué, sino algo que sucedió. Es super absurdo que toquemos cien shows al año en Europa y nunca hayamos venido a Perú. Allá todos piensan que siempre tenemos oportunidad de tocar en Latinoamérica, pero tengo que decirles que no hemos podido concretarlo antes.
El set que presentarán hoy, ¿será un repaso de la discografía?
DGH: Nuestros sets en general son una depuración sistemática del lenguaje que hemos trabajado y creado a lo largo de los años. No podría decir que van a ser varias canciones, o una sola larguísima; solo diré que nuestra presentación contendrá la historia musical del grupo.
En una entrevista con The Quietus, dijiste que estabas “harto de las comparaciones de tu música con el krautrock“. ¿Cuál es el origen de la sonoridad de Föllakzoid, entonces?
DGH: Pues, ese es un punto que como sudamericanos debemos compartir y defender. A nosotros nos incluyeron en el documental de Vice sobre el krautrock y allí nuestra respuesta fue simple: lamentablemente, no somos tan melómanos ni aplicados, aunque ojalá lo fuéramos, como para tener una influencia directa del krautrock. El ritmo motorik, tan característico de esta corriente musical alemana, nos llegó a través de bandas más nuevas como Sonic Youth o Stereolab.
Les llegó tarde y como parte de una transición…
DGH: Exactamente. Los verdaderos referentes del kraut alemán definían su sonido como cosmic rock, ya que tenían el ojo puesto en el imaginario de culturas ancestrales. Así lo demuestran bandas como Ash Ra Temple o Tangerine Dream. Estos alemanes necesitaban diferenciarse con un estilo musical global, así que buscaron en su lenguaje patrones rítmicos de nuestras tierras. Cuando Föllakzoid evoca esas energías, no está evocando al krautrock, a Can, a Neu!. Nosotros empezamos como unos chibolos que les gustaba Sonic Youth, que trataban de tocar como ellos y, al hacerlo, entrábamos en trance, pero uno andino. Nunca nos influenció el krautrock, lo nuestro nace de los Andes. Se comparten patrones rítmicos y escalas armónicas.
Es interesante apreciar cómo la música se traslada así, según ustedes, desde los Andes hacia Alemania.
DGH: Exactamente, y no es que quiera restarle mérito al krautrock ni a los creadores de la cosmic music. Pero soy honesto: nuestra creación no viene por allí.
Ahora, cuando Vice los llama y los pone al costado de los referentes del krautrock pudo ser incómodo para ustedes, ya que están hartos de la comparación. Pero no puedes negar que, desde la perspectiva de muchas personas, Föllakzoid suena efectivamente a krautrock.
DGH: Sí, pero eso es porque siempre nos intentan catalogar: como rock psicodélico, como kraut o como no sé qué. Esa es la historia de la industria, de la prensa, que tiene que buscar una etiqueta para poder comunicar algo. Así pasó con el famoso caso de Nirvana, de quienes dijeron que querían ser una imitación de Pixies.
¿Ustedes nacieron bajo la premisa de imitar alguna sonoridad específica?
DGH: No, para nada. Pero cuando partí de Lima, hace casi diez años, lo que solía escuchar era Nirvana, Sonic Youth. Luego toqué con Föllakzoid y salió algo totalmente dierente, monotonal, electrónico y concreto.
Esa inclinación hacia lo monotonal, ¿cómo nació? Teniendo en cuenta tu background más grunge, más nirvanesco, más guitarrero…
DGH: Bueno, ser el guitarrista de Föllakzoid debe ser lo menos guitarrero que hay [risas]. En mi breve carrera como instrumentista, solo tuve una corta formación: sacaba las canciones de las bandas que me gustaban, hasta que me aburrió. Dejé la guitarra y la volví a coger solo cuando descubrí esta nueva forma de usar el instrumento, de manera monotonal. Lentamente, junto a la banda, fuimos depurando el lenguaje sonoro. Es gracioso, porque muchas reseñas de nustros conciertos hacen hincapié en lo bien que combinamos la guitarra con los samples, cuando jamás hemos usado samples [risas].
¿Crees, entonces, que Föllakzoid está en el justo medio de esa dicotomía entre la música popular y la música académica?
DGH: Nunca lo había visto de ese modo. Yo diría que nuestra música es eminentemente popular, porque ninguno de nosotros tiene una formación teórica. Todos somos analfabetos y autodidactas en la música.
¿No será esa la impronta de la banda? ¿La que ha permitido que tu música sea más fluida y poco estructurada y cuadrada, por decirlo de alguna manera?
DGH: La particularidad de nuestro trabajo es esa simbiosis que logramos entre el lenguaje electrónico, la métrica techno, el kraut, el anglo, pasada por un filtro instintivo de bagaje sudamericano. Föllakzoid refleja en su música el trance latinoamericano, de los Andes.
Este trance andino al que haces referencia cuando describes tu música, ¿qué tanto se limita en una grabación de estudio? ¿Es mucho mejor mostrar toda esa maquinación ancestral en vivo?
DGH: Es cierto lo que planteas. Si bien nuestros discos son todos grabados en una sola toma, los conciertos se prestan para una mayor explayación musical, hay una mayor energía.
No hay posibilidad de que una canción de Föllakzoid suene igual dos veces.
DGH: Así como no hay forma de tener esta misma conversación, del mismo modo, dos veces.
► Escucha III, la mas reciente placa discográfica de Föllakzoid: