Golden Cameleon - Quillazú [Reseña]
Entre las comunidades yanesha, de donde proviene el término ‘quillazú’ (‘río de luna’, en español), la música juega un rol fundamental. Así, uno de sus mitos más relevantes narra que, antes de que este pueblo amazónico conociera la música, “vivía en guerra y sin vínculos sociales” entre ellos mismos. [1]
Este preámbulo nos podría ayudar a entender el halo de misticismo que envuelve a Quillazú, título del debut discográfico de los nacionales Golden Cameleon. Ocho canciones que crean un entorno enigmático y recóndito, el cual solo es vulnerado por las enésimas melodías que resuenan a lo largo del álbum.
Entonces, estamos frente a sus tres primeras apuestas, que prácticamente estructuran el sonido del elepé. Tenemos así al hit instantáneo “Marfil”, que despliega una interesante instrumentación que grita ¡dream rock!, para luego dar paso a “Consuelo” y su orgánica nostalgia musical, cortesía de un oportuno xilófono y una evocativa letra.
El perfecto círculo de apertura lo completa la bossanovesca “Lluvia de sal”, cuyo ritmo asincopado y coro disonante la eleva por sobre el resto del elepé. Aunque también hay otros momentos cautivadores: ahí están “Nana” y su cadencia sosegada; la más arriesgada “Mar adentro” con sus guitarras casi sintéticas; y el cierre en clave pop de “Supernova”.
Quillazú, pues, no solo es ‘río de luna’, reflejando breves destellos a su paso. No, Quillazú tiene luz propia. Recorriendo los cauces del dream rock, término que referencia la caprichosa combinación entre indie rock y dream pop, para luego asentarse en los terrenos del pop más clásico. Un disco intenso, con ciertos altibajos, pero sincero. Y sobre todo natural.
(8/10)
Sello: Independiente
Producción: Golden Cameleon
Grabación: El Consultorio
Mezcla y masterización: Adrián Mendoza Figari
Arte: Melissa B. Cortez
Formato: Digital
[1] Ministerio de Cultura, Base de Datos de Pueblos Indígenas u Originarios.