Científicos crean un cerebro artificial que cuenta y responde preguntas
El cerebro humano sigue guardando muchos misterios para los especialistas. Pese a ello, neurocientíficos e ingenieros del software de la Universidad de Waterloo, en Canadá, han logrado un interesante hito: el desarrollo del modelo de simulación a gran escala y con mayor complejidad de un cerebro humano en el mundo.
La Red de Puntero Semántico de Arquitectura Unificada (Spaun, por sus siglas en inglés) ha simulado 2,5 millones de neuronas en una supercomputadora que le permiten realizar hasta ocho diferentes tareas. El cerebro humano cuenta con un promedio de 100.000 millones de neuronas.
De acuerdo con el estudio publicado en la revista científica “Science”, este cerebro artificial cuenta con un ojo digital, que le permite el ingreso visual de la información, y un brazo robótico que le sirve para dibujar sus respuestas. Entre las tareas que puede realizar están copiar un dibujo ya existente, responder preguntas y tener un razonamiento fluido.
Casi real
A través de un ojo digital (de 784 píxeles), este cerebro simulado recibe la información de varios números y letras. Spaun las lee y almacena a manera de recuerdo. Luego, otra letra o símbolo le da la orden diciéndole qué hacer con ese recuerdo. Finalmente, la indicación es interpretada y exteriorizada a través del brazo robótico.
El complejo cerebro artificial reproduce diversos subsistemas craneales, todos interconectados con las neuronas simuladas, reproduciendo de manera muy exacta las conexiones que usa un cerebro humano real.
Así, las tareas se cumplen siguiendo el flujo natural: el incentivo visual es procesado por el tálamo; la información es almacenada en las neuronas; y luego el ganglio basal lanza una tarea hacia la parte de la corteza cerebral que está diseñada para cumplirla.
Los científicos canadienses han simulado incluso las limitaciones que tiene un cerebro humano normal, exigiéndose para almacenar unos cuantos números en su memoria de corto plazo.
A entender de los investigadores, se trata de un mecanismo simple pero que muestra mucha flexibilidad. Pese a que solo puede realizar algunas tareas básicas, permite ver todos los procesos internos que se necesitan.
“Nos permite entender cómo el cerebro, la parte biológica y la del comportamiento están relacionados. Eso es importante para diversas aplicaciones en temas de salud”, señaló el líder del equipo investigador, Chris Eliasmith, en declaraciones a la revista “PopSci”.
Otros tipos de inteligencia artificial
En los últimos años se han hecho públicos diversos estudios y experimentos sobre las aplicaciones de la inteligencia artificial.
La estadounidense IBM trabaja desde hace un buen tiempo en su proyecto Watson, pensado para brindar asistencia principalmente en el campo de la medicina. Como parte de su preparación, fue concursante del popular programa de preguntas y respuestas “Jeopardy”. Allí puso de manifiesto su capacidad de escuchar una pregunta y discernir, de la manera más rápida posible, cuál era la respuesta más adecuada según la circunstancia.
El mundo de los videojuegos también se ha beneficiado con los avances en este sentido. Por ejemplo, los simuladores de fútbol han dotado de cierta capacidad de decisión a cada uno de los jugadores, de manera que puedan reaccionar de manera lógica tras recibir una determinada orden por parte del jugador. Esto permite tener un ritmo de juego más fluido.
Hace algunos días en esta sección reportamos el caso de un proyecto de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, en conjunto con la Fundación CTIC de España, en el que se usa la inteligencia artificial para hacer diagnósticos rápidos de tuberculosis.
En este caso en particular, algunos algoritmos y modelos computacionales permiten identificar en cinco minutos la presencia de la bacteria que causa la tuberculosis en una muestra de esputo. Su precisión es de 98,5%.