Británicos trabajan con un aditivo para fibras textiles capaz de purificar el aire
Ponerse la ropa, salir a la calle y contribuir a descontaminar el aire de los tóxicos que emiten los tubos de escape. Esta es la promesa de un proyecto desarrollado por la Universidad de Sheffield y el London College of Fashion, en el Reino Unido. El equipo ha creado CatClo, una solución hecha a partir de nanopartículas de dióxido de titanio (TiO2) en la que se sumerge la prenda después de lavada. Estas partículas se adhieren tan bien a las telas que solo requiere ser usado una vez, pues resiste a posteriores lavadas.
El dióxido de titanio es una sustancia fotocatalítica, es decir que requiere de luz del día para crear la reacción esperada; la descontaminante.
Cuando CatClo (abreviatura en inglés de ropa catalítica) es expuesta al aire libre, atrapa el principal agente contaminante que emiten los vehículos en las ciudades, el óxido de nitrógeno.
De acuerdo con las pruebas realizadas por los investigadores, el uso de ropa tratada con el aditivo puede eliminar 5 gramos de dióxido de nitrógeno diariamente, que equivale a la contaminación producida por un auto familiar en un día.
Según el profesor Tony Ryan, de la Universidad de Scheffield, quien dirigió la investigación, la solución es segura para el ser humano y no genera toxicidad. Los científicos afirman que si bien el óxido de nitrógeno permanece en la tela, este se elimina sin problemas en cada lavado, tal y como se elimina el sudor. Mientras tanto, las nanopartículas del dióxido de titanio quedan en el tejido y no ingresan al cuerpo.
La investigación se realizó con fondos del Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Físicas (EPSRC por sus siglas en inglés), institución británica de importancia para el financiamiento de proyectos científicos.
El siguiente paso será concluir la alianza con una compañía que fabrica detergentes amigables con el medio ambiente para lanzar al mercado CatClo en no más de dos años.
Sin embargo, consultada por El Comercio, la doctora Rosalía Anaya, especialista en toxicología de Centro Toxicológico (Cetox), sugiere que de ingresar a futuro el producto al país, es necesaria la revisión del trabajo realizado. “Habría que verificar primero que se hicieron pruebas en animales, pues hemos visto cómo ciertos productos e incluso medicamentos son retirados del mercado luego de mostrar efectos secundarios fuertes. Las autoridades tendrían que revisar el protocolo dermal, oral, inhalatorio, etc. antes de su aprobación para determinar que es inocuo”.
El dióxido de titanio es un pigmento blanco, ampliamente usado en la industria cosmética, papelera y de alimentos, pero algunos estudios lo identifican como un posible carcinógeno en seres humanos.