Gemelas son operadas antes de nacer por médicos peruanos
Valeria y Andrea Chamorro Orizano, que hoy tienen siete meses de nacidas, sabrán dentro de algunos años que con ellas se marcó un hito en la historia de la medicina peruana: la primera laparoscopía fetal o fetoscopía en el Perú fue realizada en su madre, Laura, cuando tenía solamente cinco meses de embarazo. Si quieres saber más sobre este tema, sigue leyendo esta interesante nota de Sofía Carrillo Barrera.
Laura Orizana llevaba un embarazo gemelar monocorial (los dos fetos compartían una sola placenta) y desarrolló el síndrome de transfusión-feto fetal (STFF), que es una complicación en la comunicación vascular muy común en este tipo de gestación. “Significa que los gemelos tienen una comunicación anormal a través del cordón umbilical. Uno absorbe más que el otro. Por ello, uno crece mucho más”, explica a El Comercio el doctor Félix Ortega, presidente de la Sociedad Peruana de Endoscopía.
El riesgo de pérdida total que corría la madre era casi del 100%. Pero los cirujanos Ernesto Molina y Félix Ortega, el ginecólogo David Angulo y el anestesiólogo Milton Tello sabían que había una posibilidad de salvación de los fetos. Si intervenían a la madre para equilibrar la sangre que fluía entre ambos, les aseguraban un desarrollo normal hasta el día de su nacimiento.
El 4 de abril del 2012 realizaron por primera vez en el país una fotocoagulación láser selectiva y secuencial de los vasos comunicantes dentro de la placenta guiada por fetoscopía. “Ingresamos al antro fetal. Pudimos ver al feto y toda su estructura. Llegamos a la placenta y coagulamos los vasos aberrantes para que se distribuyera adecuadamente la sangre. Todo esto, sin mayores complicaciones”, comenta a este Diario el doctor Ernesto Molina Loza, jefe del Departamento Materno-Infantil del Hospital Nacional Ramiro Prialé Prialé, de Huancayo.
El éxito de esta operación les valió el reconocimiento recibido en el XIX Congreso Peruano de Obstetricia y Ginecología, llevado a cabo en noviembre del año pasado.
Esta es la primera vez que médicos peruanos realizan este procedimiento con equipos adaptados. “Lo ideal es tener un trocar [instrumento para hacer punciones] de 3 mm por donde entra el fetoscopio, que contiene la fuente de luz y el láser de argón. Nosotros usamos dos trocares: uno de 5 mm para dar luz y otro de 3 mm para ingresar el láser ”, comenta el doctor David Angulo.
La mejor opción
Las fetoscopías no solo permiten realizar fotocoagulaciones. También posibilitan tratar hernias diafragmáticas, obstrucciones en la vía urinaria, quistes pulmonares, etc. “Hay malformaciones y complicaciones que deben curarse antes de que se cumplan los tres meses de gestación porque si no el riesgo es altísimo. Con la fetoscopía podemos salvar la vida de los fetos”, afirma el doctor Molina.
En América Latina, solo en Brasil y Chile se ha difundido la utilización de esta efectiva técnica. El Perú, para lograrlo, debe superar dos desafíos: el primero es que los médicos accedan a la preparación específica para realizar el procedimiento; y el segundo es que se debe contar con los equipos especializados para este tipo de procedimientos.
“Se requiere destreza para ingresar dentro del útero, pero ya demostramos que los peruanos podemos hacerlo con eficacia”, concluye el doctor Ortega.
Más datos
- Alternativas. Pese a que la fotoscopía es la técnica con mayor probabilidad de salvación de los fetos, aún no se difunde. Por ello, por ahora se utilizan otras opciones.
- Contra el dolor. Los doctores extraen el líquido amniótico excesivo del interior de la mujer para reducir la hinchazón. Es solo un paliativo, pues la transfusión desequilibrada de sangre entre ambos fetos continúa.
- Incubación. Otra técnica consiste en efectuar una cirugía abierta en la que se corrigen los defectos arteriales. Para ello, es necesario sacar los fetos e incubarlos hasta el final de la operación. El riesgo de que haya partos prematuros es alto.