Lo último que te imaginas ver mientras caminas entre los árboles es un barco. En Chile, sin embargo, esta loca idea es una realidad gracias al hotel ecológico Espejo de Luna, ubicado en la isla de Chiloé.
Este hotel fue construido alrededor de los restos de un barco naufragado. Al interior, el restaurante tiene el lugar principal y está dentro de la estructura original del barco. Los demás espacios y habitaciones fueron añadidos usando materiales locales para reducir el impacto ambiental.
La madera fue el principal material que se usó para la construcción, a la que también se añadieron piedras para darle un toque rústico a las habitaciones. Los muebles, en tanto, se mantuvieron sobrios para combinar con la decoración pero sin perder la elegancia.
El hotel cuenta con suites y cabañas con hermosas vistas de los volcanes Chaitén y Michinmahuida, así como de la montaña Corcovado. La idea era que los visitantes pudieran disfrutar de una experiencia lo más natural posible, por lo que además se construyeron caminos y rutas para los amantes de la caminata y la bicicleta.