Luego de una búsqueda empeñosa por encontrar el lugar que sería su futuro hogar, los arquitectos René Poggione y Susel Biondi se hallaron frente a un terreno que tenía todo lo que deseaban.
Está ubicado en una zona tranquila en donde, que a pesar de estar en el centro de la ciudad y próxima a comercios, es posible tener contacto con la naturaleza, pues se encuenta al lado de un parque. Este se luce como si fuera un gran jardín posterior.
Si bien era su deseo hecho realidad, el elevado valor del terreno animó a René Poggione y Susel Biondi a buscar inversores que desearan lo mismo que ellos. Así nació el edificio Verdea, obra de Poggione + Biondi arquitectos.
Por fuera, la construcción se aprecia como una gran estructura de metal con celosías de madera shihuahuaco. En tanto, en el interior la sala, el comedor y la terraza, que lucen un cálido piso de bambú, dan hacia la parte posterior, que tiene una vista plena del parque y un gran ingreso de luz natural. Los dormitorios miran hacia la calle.