La vida en el campo puede ser trasladada a tu casa haciendo uso de materiales que evoquen la naturaleza, convirtiéndolo en un ambiente cálido y acogedor, y sin necesidad de recargar. “Lo campestre va de la mano con lo rústico, por eso la madera en su estado natural en paredes, pisos y muebles se convierte en un elemento infaltable”, señala la arquitecta Johanna Tresierra.
Otros materiales ideales para darle un aire de campo a tu casa son la piedra y el ladrillo expuesto, que pueden estar presentes en una pared protagónica de la sala o la cocina. También puedes intervenir los muros con la técnica del estucado para darle textura a los muros.
En una casa con toque de campo priman los colores sobrios. Prueba con el blanco que contrasta con la madera y ayuda a aligerar el espacio, y luego con los tonos tierra. Puedes elegir entre el beige, arena, verde militar y naranja ladrillo. Úsalos como puntos de color en tapices y cojines.
Respecto al mobiliario, opta por los de estilo clásico o vintage de madera natural y en acabado wash. Pueden ser de cedro, roble, pino o caoba, con vetas al descubierto. Por ejemplo, coloca un sofá con base de roble, tapizado con chenille, y coloca sobre él una manta para imprimir una dosis de calidez. Los de mimbre o ratán en tono natural o blanco también encajan.