Para entregarle una sensación de confort al dormitorio, en estos días cálidos, es preciso hacer pequeños cambios, como darle otro color a las paredes, al mobiliario y optar por materiales naturales. La interiorista Carla Arrisueño comenta que los tonos fríos son los mejores aliados para que la habitación luzca fresca. “Las tonalidades de gama violetas, azules y verdes ayudan a evitar que los espacios se sientan demasiado cálidos, sobre todo si los acompañas de tonos neutros y suaves”, refiere. Es posible exhibir las tonalidades claras, como blanco o gris claro, en los muros, el piso y el mobiliario; las frías, en detalles como butacas, cómodas, cabeceras, cuadros o adornos.
Arrisueño aconseja añadir una tonalidad cálida para equilibrar la decoración. Por ejemplo, si elegiste azul, puedes combinarlo con un toques de amarillo o naranja, que pueden lucirse en elementos pequeños, como cojines, floreros o lámpara de mesa.
Texturas
Un elemento que brinda textura y confort es la alfombra. Esta puede ser de mimbre, lino, yute, algodón, bambú o chambira. La arquitecta Claudia Weis recomienda que “el diseño tenga un tono de fondo claro (blanco o gris claro) y detalles de azul, celeste, rosa o verde para dar sensación veraniega”.
En cuanto a la ropa de cama, las telas más frescas son las naturales, entre ellas están las de algodón y lino. Para darle un toque acorde con la temporada, es posible incluir cojines con temática marina, tropical o náutica.
Las plantas son un recurso infalible para crear una atmósfera fresca, puedes colocar especies de hojas grandes, como orejas de elegante o costilla de Adán, en un rincón de la habitación o reemplazando al velador. Ubícalas cerca de una ventana para que reciba luz natural de manera indirecta. Otra manera de lucir la vegetación es pegar papel mural con motivos de hojas y flores en la pared principal o lucirlas en cuadros.