cuarto
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En los días más fríos del año es necesario que el cuarto irradie una atmósfera acogedora y cálida. Por eso, pinta los muros en tonos suaves, como topo, beige, hueso, marrón claro o almendra, ya que propician el descanso y proyectan un ambiente confortable. Incluso agrega cuotas de celeste, verde, azul, verde agua o amarillo, en textiles o accesorios, para aportar alegría al cuarto.

Un recurso infaltable es la madera en su estado natural o con un acabado avejentado en el piso, la pared cabecera de la cama o el mobiliario (veladores, cómoda, baúles). Prefiere este material en tonos claros, como huayruro, pumaquiro, capirona o pino oregón, y de esta manera potencia el ingreso de luz. Además, utiliza en el cuarto,  cabeceras fabricadas con fibras naturales como terciopelo, lino, algodón o seda, para lograr una atmósfera confortable. Opta por una de gama cálida y oscura, como arena o cocoa, para que destaque en el ambiente.

MÁS DETALLES INDISPENSABLES
En el cuarto, las alfombras juegan un papel importante en la temporada de frío. “Lo común es ubicarla debajo de la cama. Debe medir 70 cm más por cada lado de la misma para poder enmarcarla”, resalta José Bravo de Rueda, de Brapal Art. También es posible optar por tapetes dispuestos a los costados para evitar el contacto con el suelo. Elige tapices naturales, los de lana de oveja o alpaca, de pelo alto, son los más idóneas, porque transmiten calidez y solo debes aspirarlos una vez a la semana.
Respecto a la ropa de cama, priman las sábanas de algodón por ser suaves al tacto. Una de 200 hilos es perfecta, pues suele ser fresca en verano y abrigadora en invierno. Rocío Gonzales, de Seyo, indica que las que combinan 50% de poliéster también son una opción acertada, porque brindan calidez. Viste la cama con un edredón de plumón, plumas o que contengan una mezcla de ambos, debido a que ayudan a mantener la temperatura corporal. Además, introduce los acentos de color con cojines texturados de lana, terciopelo o piel.

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