En junio del 2020, Ximena, de 16 años, decidió irse de casa con su novio y emprendió un viaje en bus de Lima a Tarapoto. La pandemia la privó de ver a sus amigos y empeoró la relación con sus padres, quienes terminaron separándose. “Sentía que nadie me comprendía, lo que pasó con mis papás me afectó mucho, por eso me fui”, cuenta.
Afortunadamente, la menor se arrepintió y volvió pronto a casa. Tras lo ocurrido, su familia, una de las muchas que aumentó sus carencias económicas por la pandemia, decidió apoyarse más para vencer las dificultades. Ximena forma parte de los miles de adolescentes que tuvieron problemas en casa y altibajos en la relación con sus padres durante el confinamiento.
Ruth Ferreyra, psicóloga del colegio Innova School Comas - El Retablo, ha sido testigo de un aumento de consultas de padres por cambios en la conducta y la salud mental de sus hijos durante la pandemia.
“Se ha visto muchos casos de estudiantes que reprimen sus emociones, no las comparten porque posiblemente no tienen la oportunidad de hacerlo, a veces porque los padres no están ahí para ellos. Al no expresar o reprimir emociones se han visto muchos casos de depresión. Estos se han abordado teniendo el contacto con el estudiante de manera directa, aplicando ‘el habla sana’”, cuenta Ferreyra a los corresponsales escolares de El Comercio.
Explica que también ha visto cómo los adolescentes usan las redes sociales para canalizar y exteriorizar sus emociones. “Por otro lado, ha habido muchos casos de estrés en los menores, principalmente por la falta de organización, lo que aumenta el nivel de ansiedad en ellos”, agrega.
Según UNICEF, durante la pandemia, 3 de cada 10 adolescentes han tenido problemas emocionales, una cifra que se dispara a 7 de cada 10 cuando sus cuidadores presentan depresión.
Verónica Gulman, psicóloga clínica y psicoterapeuta familiar, enfatiza que los adolescentes se han aislado. “Muchos están con dificultades de retomar sus vidas, con miedos, están siendo muy reactivos, inflexibles e intolerantes. El aislamiento los ha desvinculado de su red social y eso ha generado cuadros de depresión y ansiedad”, sostiene.
Una oportunidad para reconectarse
Las expertas destacan que, ante cualquier circunstancia adversa, la comunicación juega un rol clave en la relación entre padres e hijos. Ruth Ferreyra recomienda a los padres involucrarse más en las actividades de los adolescentes, compartir momentos juntos y dar consejos a partir de la escucha a sus hijos.
“Cuando un padre se comunica con su hijo no solo transmite ideas, también emociones, va a transmitir pensamientos o tal vez expectativas, qué es lo que estás deseando del hijo y eso va ayudar mucho para que el hijo comprenda mejor a los padres y que los padres comprendan más a su hijo y ese nivel de comprensión es una puerta abierta para generar cambios”, señala Ferreyra.
Cecilia Tirado, médico psiquiatría especialista en niños y adolescentes, aconseja a los padres a estar atentos y detectar los cambios de sus hijos, así como realizar una buena distribución de horario y crear normas.
La base está, como lo indica Verónica Gulman, en “comprender y negociar”, palabras claves que deben tener presentes los padres al manejar la relación con sus hijos. “Los padres deben estar cerca, monitoreando, mas no controlando. Deben encontrar un punto medio para que les dejen su espacio a sus hijos adolescentes y puedan supervisar. Seamos padres comprensivos y flexibles”, dice.
Agrega que los menores necesitan “ser contenidos” en este momento. “Evitemos el conflicto y la sobre exigencia. Si ven que como padres comprendemos su frustración y nos mostramos negociadores con ellos aprenderán este modelo y serán hijos considerados, flexibles y permeables”, apunta.
En el video que mostramos a continuación las expertas Cecilia Tirado y Ruth Ferreyra ahondan en algunos riesgos a los que se exponen los adolescentes y que se pueden mitigar con una buena comunicación con los padres. Lo importante, afirman, es estar atentos y expresar nuestros sentimientos.