"El Christian Cueva que conozco", por Horacio Zimmermann

“Hay algunas cosas que uno puede tolerar porque responden a un gusto”, me respondió Ricardo Gareca cuando le pregunté por el sobrepeso de Christian Cueva. Era un mediodía en la Videna, sin la euforia que ha despertado la clasificación de Perú a cuartos. Una semana atrás había entrevistado a Néstor Bonillo, preparador físico de Perú, y fue tajante sobre el estado físico de los jugadores del torneo local. “Escúchame bien, muchacho –me dijo–; hoy no cabe posibilidad alguna de que un futbolista profesional tenga un gramo de grasa de más, ¿entendiste?”. El trabajo construye una campaña, y los detalles lo sostienen. Pienso ahora en la tecnología usada para medir resistencias y velocidad, en sumar al psicólogo Marquez, y en Christian Cueva.

Bonillo me dio pie para preguntarle a Gareca si no era una contradicción del comando técnico creer en algo y hacer lo contrario. Porque la respuesta de Gareca lo era. Cueva tenía un par de kilos de grasa de más en el cuerpo, y aun así Gareca confió en su capacidad. Eligió al futbolista de Alianza que había visto en el torneo, por sobre el personaje que todos criticamos en redes. Eligió y no falló. El fútbol es así.

El respaldo de Gareca debía ser devuelto por Cueva, como una pared bien ensayada. Christian se sometió a un régimen alimenticio propuesto desde la Videna, y cumplió con bajar los kilos demás. Demostró compromiso, algo que gustó a Gareca. Hoy Cueva ha mostrado un rendimiento que ha sorprendido al cuerpo técnico. “Él tiene una capacidad enorme de sumar muchos metros en piques cortos”, me dijo Bonillo ayer, en día libre de Perú. “Tiene dos capacidades importantes: resistencia y velocidad”, agregó. Y sí, según números extraoficiales del comando técnico, Cueva es uno de los futbolistas más rápidos en cinco metros de la selección, junto a Yordy y Farfán. Esto le permite desarrollar mejor sus virtudes puras, como la habilidad para driblear o desequilibrar a través del talento.

En Alianza Lima, Christian Cueva fue de más a menos, incluso envuelto en polémicas. (Foto: Getty Images)

A esa capacidad, Cueva le ha sumado trabajo en equipo. Sus obligaciones ya no solo son ofensivas, sino defensivas. Frente a Colombia, marcó una línea de cinco en el fondo, ayudando a Vargas en la recuperación. Eso, siendo estrictos, se llama compromiso y disciplina táctica. Y en esto tiene que ver Gareca. Su paladar tiene sabor a Cueva. Y Cueva lo reconoce: “Gareca ha sido importante en mi crecimiento”, le dijo a Deporte Total, muy breve. Y es verdad. El Cueva personaje es discutido, el Cueva futbolista tiene condiciones para brillar. Hoy lo demuestra en esta Copa. Es el mejor de Perú.

El mérito del técnico es haber potenciado al Cueva que todos queremos: el Cueva futbolista. Vio en él algo distinto, que incluso lo llevó a dejar a Benavente fuera de la Copa. El mensaje de Gareca lo ha entendido el capitán Pizarro, que en cada conferencia en Temuco ha dicho “lo bien que se entrena Cuevita”. O Farfán, el crack del plantel, cuando dice que “Yordy y Christian contagian su entusiasmo al grupo”. Gareca vio en Cueva lo que alguna vez entendió en Donny Neyra: un futbolista que necesitaba ayuda para romperla. Y en eso está.

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