Dos goles de Steven Gerrard devolvieron hoy a la cima de la Liga inglesa al Liverpool, que se impuso 2-1 en un controvertido partido en casa del West Ham United.
El equipo dirigido por Brendan Rodgers supera en dos puntos al Chelsea y sigue dependiendo de sí mismo para ganar el título de la Premier League.
No obstante, la victoria se vio ensombrecida por un polémico arbitraje de Anthony Taylor.
El Liverpool encontró dificultades para jugar con fluidez ante un tenaz West Ham, pero logró perforar la portería local en un momento clave, justo un minuto antes del descanso.
El uruguayo Luis Suárez, que poco antes había disparado al larguero, fue derribado dentro del área por James Tomkins y Gerrard no desaprovechó el penal.
Un minuto después, sin embargo, llegó la primera decisión controvertida del árbitro, cuando dejó seguir la jugada pese a que Andy Carroll golpeó claramente al portero Simon Mignolet en un córner.
El arquero del Liverpool perdió el balón como consecuencia del choque y Guy Demel lo empujó a gol para el 1-1. El juez de línea levantó la bandera, presuntamente marcando una falta, pero tras una discusión con Taylor, el gol fue concedido.
Carroll pudo adelantar más tarde a los locales en la segunda mitad, pero su cabezazo se fue al travesaño.
El Liverpool recuperó poco a poco el control del partido, hasta que 20 minutos antes del final llegó la segunda jugada decisiva, cuando el árbitro señaló un penal del arquero local Adrian a Jon Flanagan por una acción que pareció limpia. Gerrard también convirtió.
Suárez estuvo a punto de lograr el tercero más tarde, pero su brillante disparo se estrelló de nuevo en la parte superior del arco.