Todos lo recuerdan y más a un año de su fallecimiento. “Aquí descansa D10S”, anuncia una enorme pintada frente al cementerio privado de Bella Vista, en las afueras de Buenos Aires, lugar en el que se encuentran los restos del Diego Maradona. Por ello, sus mayores seguidores decidieron homenajearlo, a pesar de la lluvia.
“Diego era el dios del fútbol y a todos los que le gusta el fútbol sabemos lo que perdimos. El Diego era nuestro, del pueblo. Nos dio alegrías y tristezas cuando estuvo mal y sufrimos. Diego era así”, dice a la AFP Jorge, un hincha de Independiente que mostraba un cartel con enorme foto de Maradona alzando la copa del mundo en México-1986 y un mensaje: “D10S, Gracias eternas”.
El cementerio privado no permite el acceso al público. Solo familiares. Por la mañana, estuvo en la tumba Verónica Ojeda, la madre de Diego Fernando, el menor de los hijos de Maradona. Más tarde pasaron Lalo y Elsa, dos de sus hermanos. Estuvieron sentados en el césped, cerca de la lápida, adonde se veían muchas flores. Se retiraron sin hablar con la prensa.
En un mural firmado por el artista plástico Damián Ferro y titulado “Sembró alegría en el pueblo”, están retratados los hitos de la vida del 10.
La historia del “D10S”
El comienzo de todo fue en Villa Fiorito, a unos 55 km del cementeri,o la cuna del ‘10′ y la emoción también está a flor de piel. En ese barrio pobre al sur de Buenos Aires, vivió su infancia y juventud hasta que pudo cumplir su sueño de comprarles una casa a sus padres, Doña Tota y Don Chitoro, en un barrio acomodado.
El rostro de Maradona también esta pintado en el frente de su casa de infancia, ahora ocupada por un vecino que la cuida de los curiosos y declarada semanas atrás como “lugar histórico nacional”.
“Gracias por haber jugado al fútbol”, reza una placa. En la reja que protege la casa hay banderas argentinas. “Nos diste el cielo”, se lee en un papel olvidado en la tierra.