Dos meses después de su lesión, Lionel Messi volvió a ser titular en el Barza –ya había jugado en los segundos tiempos ante el mismo Getafe y el Atlético de Madrid- y cumplió con las expectativas. Con una gran actuación ratificó que su capacidad goleadora está intacta: dos goles, uno con el sello maradoniano que solo él sabe copiar y perfeccionar, para alcanzar los 330 con la chompa azulgrana.
Es cierto que no estuvo fino en los tiros libres –uno lo envió mansamente a las manos del portero y el otro lo ejecutó con una irreconocible falta de precisión-, pero con la pelota rodando sigue siendo incomparable. Leo armó cada uno de los ataques del equipo de Gerardo Martino, intercaló sus populares ‘slaloms’ con el juego en pared, aunque no estuvo muy preciso en los pases.
Para cerrar la jornada la ‘Pulga’ pudo firmar el ‘hat trick’, pero Codina evitó que su jornada fuera más espectacular al desviar su disparo en el mano a mano.
Messi volvió a ser titular y con él volvió también el insaciable goleador que jamás descansa en el área rival.