Messi y una semana fantástica en Barcelona
Messi y una semana fantástica en Barcelona
Redacción EC

El argentino Lionel Messi, crack del Barcelona, agigantó anoche en Chipre su esplendorosa relación con el gol y los desafíos que se le presentan al volver a superar una marca histórica, la que había establecido hace tres años Raúl González con su último gol en la Liga de Campeones, el que hacía 71.

Un nuevo 'hat-trick' de Lionel Messi, el decimoctavo en su carrera, arrasó con la marca de Raúl, quien sin quererlo se ha convertido en la segunda víctima del argentino en esta semana fantástica, que arrancó el sábado cuando el barcelonista destronó a toda una leyenda como Telmo Zarra.



El vasco, con 251 goles, vivía aupado en todo lo alto hasta que hace unos años irrumpió el acierto goleador de Messi en todos los escenarios y empezó a hacer temblar el récord de goles del exjugador del Athletic.

Fue el sábado cuando con un nuevo triplete, hizo que una marca de 60 años saltase por los aires. Los tres goles de Lionel Messi le sitúan ahora con 253 goles y toda una Liga para subir aún más el número, y algunas más si cumple su contrato con el Barcelona, puesto en tela de juicio hace unas jornadas cuando el propio jugador lanzó alguna duda desde su país.



Después del hecho histórico del sábado, Messi volvió por sus fueros anoche en la Liga de Campeones y arrebató al ex madridista Raúl su marca de 71 goles, que le reconocían como el máximo goleador de la Liga de Campeones. Esta condición ahora recae en Messi, que con un nuevo triplete eleva la marca a 74 tantos.

Lionel Messi ha vuelto y lo ha hecho como él suele pronunciarse en estos escenarios, haciendo todo el ruido posible sobre el campo, donde sus goles se convierten en éxitos para su equipo y récords para las estadísticas.

Poco amigo de los excesos verbales, igual que es capaz de levantar a todo un Camp Nou por sus proezas deportivas, también tiene la capacidad de cortar la respiración de los suyos cuando se acerca a un micrófono con ganas de decir cosas, que a veces resuenan en el barcelonismo como un adiós de antemano.

 

Fue después de firmar su renovación, tras un pulso que le planteó el vicepresidente Javier Faus en que el directivo claudicó, que Messi 'celebró' desde Argentina diciendo poco menos que si no le querían se iba. Con todo el mundial por jugar, el crack regresó a Barcelona y en su primera comparecencia pública dejó claro que su sitio está en Barcelona, hasta que volvió a viajar a Argentina.

En una entrevista al diario "Olé" hace unos días construyó una frase abierta a todas las interpretaciones: "Hoy por hoy vivo el presente. Pienso en hacer un gran año y ganar los títulos que queremos en Barcelona. Y nada más. Después se verá. El fútbol da muchas vueltas. Si bien siempre dije que me gustaría quedarme siempre allá, a veces no todo se da como uno quiere".

Las dudas quedaron resueltas en el Camp Nou el sábado y anoche en Chipre, donde las posibles vueltas a la cabeza que le pueda estar dando Messi a una idea no son incompatibles con que el jugador dé lo mejor de sí mientras vista la camiseta azulgrana.

El público en el Camp Nou está incondicionalmente con el argentino, por muchas razones, la principal porque existe la certeza en la masa que nunca antes ha disfrutado tanto de un jugador y además durante tanto tiempo, y porque es el futbolista a quien el aficionado culé menos le cuesta lanzarle un aplauso o rendirle todos los honores.

Este matrimonio, que lleva diez años disfrutando del periodo de éxitos deportivos más relevante de la historia centenaria del Barça, como siempre pasa en estos casos, está en manos del jugador, no así de una afición que está rendida a su crack desde que hace un decenio Frank Rijkaard le diese la alternativa para que se convirtiese en uno de los grandes de la historia del fútbol, actualmente, con solo 27 años de edad. 

FUENTE: EFE

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