Alianza y las tres poderosas razones para ilusionar a su hinchada ante la ‘U’

Atrás quedaron los malos recuerdos, el pésimo 2020 que casi acaba en tragedia. Este año Alianza Lima recobró la memoria y volvió a ser el de temporadas anteriores que siempre luchaba por el título (campeón en 2017 y finalista en 2018 y 2019). De la mano de la jerarquía de Hernán Barcos, la seguridad de Ángelo Campos, el liderazgo de Pablo Míguez y la calidad de Jairo Concha; el elenco de Carlos Bustos no solo llega al clásico de este miércoles ante Universitario como único puntero de la fase 2, también con muchas razones para ilusionar al hincha.

Alianza es, de acuerdo a los datos del estadístico Jesús Chirinos, el equipo con menos derrotas de la Liga 1 2021 (solo perdió ante Sporting Cristal, 2-1 en la fecha 9 de la fase 1). También el que menos goles recibió (8) y dejó su arco en cero más veces (10 partidos de 15 jugados). Además, lleva 10 encuentros sin perder en el tiempo reglamentario. La caída frente a Cultural Santa Rosa por la Copa Bicentenario se dio en penales.

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Las estadísticas se valoran más si tenemos en cuenta cómo arrancó la temporada para el equipo victoriano. El 10 de marzo, dos días antes del inicio de la Liga 1, el plantel empezó su pretemporada para afrontar la Liga 2 (el fallo del TAS se conoció recién el 17 del mismo mes). A diferencia de la ‘U’ (14 de enero) y Cristal (18 de enero), el cuadro aliancista empezó con desventaja. Con solo 20 días de trabajo, los íntimos tuvieron que afrontar el campeonato.

Mientras Hernán Barcos y Jefferson Farfán se ponían a punto físicamente, Carlos Bustos diseñaba un plan de emergencia: aguantar el resultado hasta que ingresen los dos jugadores de jerarquía. Así hasta que el goleador argentino logró su mejor momento y ‘JF10’ se lesionó. Entonces, el técnico cambió de estrategia: 3-5-2. Tres atrás para respaldar a dos laterales-volantes (Lagos por izquierda y Mora por derecha) con mucha vocación de ataque, dos volantes de marca (Valenzuela/Miguez con Ballón), un armado de juego como Jairo Concha y arriba dos tanques: Barcos y quien mejor esté.

Lógicamente el cambio chocó al inicio, pero con los fichajes (Edgar Benítez y Aldair Rodríguez llegaron para la segunda parte del año) Alianza fue mejorando hasta ser lo que es ahora: un equipo sólido que prioriza el arco en cero y tiene diferentes armas para hacer daño; puede ser de contra como el gol ante Municipal, tras una buena jugada colectiva como ante San Martín o de balón parado como ante Cantolao. Tres de los cinco tantos de los últimos tres partidos reflejan lo que es el conjunto blanquiazul. No luce, pero es efectivo.

A diferencia de Universitario, que peleó hasta el final la punta del grupo A de la fase 1 y ahora solo lleva dos victorias en seis fechas, Alianza fue de menos a más. Y el clásico del fútbol peruano, el primero de esta temporada, tendrá dos presentes distintos aunque, claro, eso nunca es una señal de nada en este tipo de partidos. Pero más allá del partido frente a los cremas, en La Victoria se ilusionan con la posibilidad de pelear, una vez más, el título nacional. Razones hay de sobra.

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El arte de saber defender

Las estadísticas generales señalan que Alianza Lima, en esta fase 2, es ampliamente el equipo menos batido con dos goles recibidos en seis partidos (le sigue Mannucci con cinco tantos encajados). Pero si desmenuzamos encuentro por encuentro, podremos afirmar lo siguiente: a los íntimos le llegan poco. Municipal le remató dos veces a portería, igual que San Martín. Sport Boys solo lo hizo una vez, mientras que Alianza UDH lo hizo en tres ocasiones, Ayacucho (5) y Cantolao (6).

El equipo de Carlos Bustos sabe defenderse. La línea de tres liderada por Pablo Míguez (Portales va por derecha y Vílchez por izquierda, aunque a veces el DT hace cambios en estos puestos) arropa muy bien a su portero. Además, tienen la colaboración de los laterales-volantes y del todoterreno Josepmir Ballón. Míguez es hasta el momento el jugador aliancista que más duelos aéreos ganó (28), más remates bloqueó (8), más balones recuperó (63) y más intercepciones (32) y despejes realizó (26). También está el apoyo de Jairo Concha, un hombre de ataque que no tiene problemas en bajar a defender. De hecho, el volante es el que más duelos defensivos ganó (33) y el segundo con más recuperaciones en el último tercio (7).

Dicho esto, también es necesario valorar -y resaltar- el enorme trabajo de Ángelo Campos. El portero regresó este año a Matute para vivir su tercera etapa en el club y está siendo vital para el gran presente del equipo. Fueron 19 remates a portería de los cuales 17 encontraron las manos o los pies salvadores del guardameta. Cuando el muro defensivo es derribado, Campos se encarga de reconstruirlo.

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Una buena columna vertebral

Se podría decir que Carlos Bustos aún no encuentra el equipo ideal e inamovible para Alianza Lima. Es difícil hacerlo porque el rival es distinto cada fin de semana y los entrenamientos diarios sirven para evaluar el presente de cada jugador. También está la bolsa de minutos que se necesita cumplir. Pero si algo logró el técnico argentino ha sido tener una base, una columna vertebral, un jugador por zona del campo que genera el equilibrio necesario para que todo marche bien.

Pablo Míguez y su liderazgo para mandar desde el fondo. El uruguayo guapea cuando es necesario, pero también enseña. En el último partido ante Municipal, Oslimg Mora le reclamó a Jefferson Portales -ambos cubren la banda derecha- en una jugada. Míguez, desde atrás, pegó un grito: “Oslimg, dale, estamos bien. No le grites porque lo desconcentras”. Palabras justas, necesarias.

Josepmir Ballón es el único “grande” del Alianza 2020. Fue parte de la mala campaña, pero se ganó la permanencia en el club por sus buenas actuaciones. El volante de 33 años tiene la capacidad para defender y pisar el área contraria. Su presencia en el medio ayuda mucho al equipo en las transiciones: de defensa a ataque y viceversa.

Hernán Barcos es todo en Alianza. Con 37 años y un sinfín de clubes sobre sus espaldas, el ‘Pirata’ llegó a La Victoria para sumar: goles, asistencias y, sobre todo, enseñanzas. El argentino es espejo, guía e incluso padre. Su actitud está dentro y fuera de las canchas. Sus lives en Instagram son una motivación más que tiene el equipo para ganar. En tiempos donde no hay público en los estadios, la cuenta oficial de Barcos es la conexión entre Alianza y su gente.

Barcos y sus socios: Concha y Aldair

Hernán Barcos llegó a Matute con un amplio recorrido por el mundo. Vigente goleador histórico de la Copa Sudamericana con 19 tantos, anotador de más de 200 goles, el argentino fue fichado con un solo objetivo: anotar goles. Pero ante la falta de creación, el ‘Pirata’ fue eso y más. Se vistió de ‘10’ cuando era necesario.

El delantero es el máximo anotador de Alianza con cinco tantos y el máximo asistente con cinco pases gol. De hecho, es el más influyente. Pero no está solo. En Jairo Concha encontró el socio ideal, el que mejor lo entiende dentro del campo. De los nueve goles que marcó el conjunto victoriano en la fase 2, siete tuvieron a ambos como protagonistas.

Aldair Rodríguez, que regresó al fútbol peruano a inicios de julio, se ganó el puesto de entrada. El atacante nacional acompaña a Barcos y se encarga del trabajo sucio: presiona, fricciona, lucha. Se mueve por todo el frente de ataque, hace diagonales y genera espacios.

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