Es verdad, decir que Cristal apenas fue contundente y que se llevó el triunfo por encontrar los goles en instantes determinados del encuentro resulta poco elogio. Fue más que eso. Cristal venció a Universitario porque jugó el partido como una final y no regaló ningún centímetro del campo. No ganó un partido, lo conquistó.
Y es verdad que en los primeros instantes, cuando la 'U' quiso imponer su fútbol, Cristal jugó al zapato afilado y a la pierna fuerte para imponer respeto. Jorge Cazulo fue el abanderado, pero ni Calcaterra ni Abram se quedaron atrás. Y así apagaron a los cremas que decepcionaron por su falta de lucidez.
Fue una gran noche cervecera y el primer gol llegó gracias a la atención de Jorge Cazulo. Remató en el área y su reclamo hizo eco en los jueces porque fue el único que apreció en una jugada rápida que la pelota -ciertamente- había chocado en el brazo estirado de Josimar Vargas. Así que el penal lo convirtió con eficacia Carlos Lobatón.
El segundo tiempo Cristal lo controló a partir del golazo de contragolpe que armó Carlos Lobatón y un pase sensacional para que Irven Ávila pelee con viveza. Con menos cuerpo que Duarte, lo sacó a velocidad y luego a la carrera se deshizo de Carvallo. También fue un golazo del delantero.
Cuando la 'U' no tenía ningún argumento más que tibios centros para Alemanno, Maxi Núñez consiguió un tiro de esquina y en maniobra individual se metió entre Rainer Torres y Álvaro Ampuero y remató cruzado fuerte y lejos de Carvallo. Otro golazo que solo significó la reafirmación de la superioridad celeste.
Lo ganó en todos los sectores. Hasta Diego Penny atajó bien esta noche. Cazulo fue una fiera y Ávila una pesadilla para Duarte. Lobatón un lápiz y Calcaterra la pausa necesaria. Abram parecía un veterano de guerra y De la Haza muy concentrado. Todos cumplieron lo que Daniel Ahmed dictó desde la arcilla. Sin estilo, sin manual, solo metiendo y metiendo. Ya no les queda otra si quieren salir campeones.
ASÍ FUE EL MINUTO A MINUTO