Fútbol contra el enemigo

Cuando las autoridades de la República Democrática Alemana levantaron el muro en Berlín, el estadio del club más popular de la ciudad, el Hertha, quedó en la parte occidental. Esta situación no atenuó el fervor de sus simpatizantes que habían quedado atrapados en la zona comunista. Como el recinto se hallaba a pocos metros de donde se había construido el muro, cada vez que el club jugaba un partido los hinchas se acercaban a ese sector y si escuchaban encenderse los gritos desde las graderías, hacían lo mismo, imaginando lo que sucedía a pocos metros. Más que cumplir un rito, era un acto del más puro amor.

Esta hermosa historia, contada por Simon Kuper en ese libro fundamental llamado “Fútbol contra el enemigo”, define el valor del más popular de los deportes en nuestras vidas, eso que llaman “lo más importante de lo menos importante”.

Como ustedes, yo tengo mi lista de deseos para cuando acabe esta maldita pandemia: abrazar a los míos, pasear sin estar atado a una mascarilla, comer un arroz con pollo en casa de mi madre y, por supuesto, volver a ver fútbol.

¿Pero qué fútbol veremos o, mejor dicho, podremos ver cuando volvamos a respirar sin temor (si es que alguna vez volveremos a hacerlo)?

Nuestra querida Liga 1 ha empezado a planificar el futuro y ha puesto la última semana de mayo como posibilidad para reiniciar el campeonato. Pero así se levantase el aislamiento social para esa época, lo más probable es que los partidos se jueguen a puertas cerradas.

En una entrevista a IDL reporteros, el ministro de Salud Víctor Zamora detalló la estrategia adoptada contra el nuevo coronavirus. Explicó que nos hallamos en la fase denominada el martillo, cuyo objetivo es reducir la curva de contagios de una manera dramática, utilizando para ello el aislamiento social y el toque de queda. Cuando la curva baje, el retorno a la normalidad será progresivo. Ese es el período del baile: habrá algunos rebrotes, más pequeños y segmentados, a los que se atacará también con medidas restrictivas, aunque más focalizadas. ¿Cuánto tiempo durará? Difícil determinarlo. Quizás la vacuna que aguardamos nos encuentre inmersos en otra manera de vivir.

Pero volvamos al fútbol: ¿Qué pasará con los clubes que tienen en las taquillas el principal soporte de su presupuesto?, ¿los sponsors seguirán participando en un escenario de recesión? ¿habrá recortes de sueldos, de otros gastos? En el resto del mundo, las medidas tomadas apuntan en esa dirección. Hasta se baraja terminar anticipadamente algunos torneos, como la Premier League.

La única certeza de todo esto es que el fútbol que volveremos a ver no será el de siempre. Habrá cambiado, como nuestras vidas.