Germán Leguía, ídolo de Universitario, recordó cómo se podían transformar los jugadores en un clásico. Le pasó con su gran amigo, el aliancista Guillermo La Rosa.
“Habíamos jugado el Mundial del 78 y vino un Clásico y fui a saludar a Guillermo La Rosa, casi mi hermano. No solo me desairó sino que me dijo ‘anda blanquito de m..., hoy te mato’. Me quedé helado", confesó Leguía casi 40 años después de la anécdota.
Pero todo fue el calor del clásico, porque luego siguieron siendo inseparables. "Ya luego, en mi casa, llegó con su esposa y dos pizzas para decirme sonriendo que ‘todo quedó en la cancha, seguimos amigos’. Así entendí lo que es un Clásico".