Paulo Autuori ya había visto a Paolo Guerrero en los partidos de las selecciones juveniles, pero su primer acercamiento se dio en enero del 2004. El técnico brasileño convocó al delantero a la selección, pero a la Preolímpica, la que iba a disputar el cupo para los Juegos en el certamen en Chile.
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Tras su camino por las diversas selecciones juveniles, Paolo ya estaba a un paso de la mayor, pero tendría que esperar, pese a que en Chile fue el más regular. El ‘9’ anotó tres goles en cuatro partidos para el equipo bicolor que fue eliminado en la fase de grupos.
Ya Guerrero destacaba en el Bayern B y había debutado en el primer equipo del cuadro alemán. Sus goles llamaban la atención y ocupaban espacio en las páginas deportivas de los medios peruanos. “Paolo Guerrero al que vemos por televisión junto a Demichelis”, se decía de él en las páginas de El Comercio ese año. Sin embargo, aún no le llegaba la oportunidad para la Blanquirroja adulta. Con la Copa América en casa, el atacante soñaba con vestirla, como sí lo hizo su gran amigo Jefferson Farfán. Paolo tenía que esperar. “Tiene mucho potencial, pero su convocatoria depende de las circunstancias”, explicaba Autuori sobre su ausencia.
Y se dio. El técnico brasileño decidió llamar a Guerrero para la fecha doble de octubre ante Bolivia y Paraguay ante la lesión de Flavio Maestri. Los dolores de espalda de Claudio Pizarro le abrieron la otra puerta, la del primer equipo.
El martes 5 entrenó en la Videna y el jueves 7 desde Santa Cruz, donde Perú entrenó antes de llegar a La Paz, dejó una frase que se ha escuchado tantas veces luego. “Siempre [con Jefferson Farfán] alucinábamos con vestir la camiseta nacional en una competencia así. Yo mato por mi selección”, le dijo a Giovanna Cadillo, enviada especial de El Comercio.
Y llegó La Paz, aquel 9 de octubre fue cuando vistió la blanquirroja de mayores por primera vez. No estaba acostumbrado a jugar en altura –nunca participó en la Primera División en el Perú–, y eso le costó, pese a que hizo dupla los 90 minutos con su amigo Jefferson. Fue derrota de 2-0 con doblete de Joaquín Botero, pero fue el inicio de una historia que hoy se celebra.
—Sus registros—
Quince años y 100 partidos después, Paolo Guerrero sigue comandando el ataque peruano. Con la Bicolor en el pecho le ha tocado vivir episodios de todos los cortes, de los buenos, como su primer gol ante Chile el 17 de noviembre del 2004 por Eliminatorias, o sus tantos que lo llevaron a ser goleador en la Copa América o aquel zurdazo para vencer la portería de Australia, en su gol mundialista el año pasado.
También ha tenido de las otras, como lesiones, discusiones con hinchas o su sanción por dopaje, pero la afición siempre le reconoce la entrega. Es el goleador histórico superando a míticos como Teófilo Cubillas y Lolo Fernández y ahora lleva la cinta con todo honor que corresponde. Ante Uruguay, seguro lo demostrará.