Volvió a salir campeón después de varias décadas y, como era de esperarse, la alegría se prolongó. Un día después de consagrarse en la Liga MX, Atlas celebró el título liguero en las calles de Guadalajara. En el evento, con cantos, una misa y un desfile, también dijo presente el peruano Anderson Santamaría.
El nerviosismo y la desesperación de miles de aficionados durante el partido de vuelta de la final que se extendió el domingo hasta la ronda de penales, se convirtieron en euforia y alegría que inundó las calles de la ciudad hasta horas de la madrugada de este lunes.
Desde el segundo que el disparo del argentino Julio César Furch atravesó la línea de meta que le dio el titulo a los ‘Zorros’ en serie de penales, el Estadio Jalisco tembló no solo con los brincos de la afición, sino con miles de voces que se unieron en un solo grito de alegría ante lo que hasta hace unos meses parecía un sueño.
Aunque el festejo del equipo estaba programado para llevarse a cabo al término del encuentro, la directiva decidió aplazarlo para esta tarde y así permitir a los jugadores y cuerpo técnico descansar y festejar con sus familias.
Este lunes, mientras decenas de comercios pagaban su promesa de regalar boletos y todo tipo de alimentos si el Atlas conseguía el campeonato, miles de seguidores del conjunto rojinegro se alistaban para seguir el festejo del club que desde hace 70 años no conseguía un titulo de liga.
En el club, y junto al trofeo de 1951, ex jugadores y directiva dejaron atrás la espera y abrieron de la botella de whisky que había sido guardada desde 1954 con la leyenda “para destaparse hasta que el equipo Atlas gane un campeonato de Primera División”, una botella que se había vuelto una leyenda entre la afición.
La fiesta, vale decir, empezó con una misa en la catedral de Guadalajara a la que asistió todo el equipo. Algunos jugadores dejaron como ofrendas un balón y una camiseta con los colores rojinegros, además de colocar el trofeo de la liga en el altar de la iglesia.
Con información de EFE.