La conducta violenta de Trevor Gillies durante el juego entre su equipo, Adirondak Flames, y los Rochester Americans desencadenó una batalla campal durante el partido de hockey jugado en New York.
El ambiente quedó enrarecido luego de la brutal agresión de Gillies contra William Carrier, a quien golpeó y luego estrelló su rostro contra el hielo. Ya sin el agresor en el campo, los integrantes del Rochester Americans querían cobrarse revancha.
De esta manera, al momento en el que los árbitros reiniciaron el encuentro, los jugadores de ambos conjuntos se olvidaron del disco y comenzaron una batalla campal en el que los jueces solo se limitaron a observar.