El ex maratonista brasileño Vanderlei Cordeiro de Lima, medalla de bronce en Atenas-2004, fue el encargado de encender el pebetero de los Juegos Olímpicos de Rio 2016, este viernes en el estadio Maracaná. Un lamentable e imprevisto suceso lo privó de la victoria hace 12 años.
Vanderlei, de 46 años, saltó a la fama en la maratón olímpica en la capital griega. Él iba liderando la prueba fue atacado y retenido cerca del kilómetro 36 por un fanático, el ex sacerdote irlandés Cornelius Horan. El brasileño pudo ser liberado poco después por los espectadores y logró cruzar la meta en tercer lugar.
El deportista se veía maltrecho: adolorido y cansado. Pensó en retirarse cuando fue superado por Baldini y Keflezighi en 2004.
Sin embargo, su espíritu de lucha lo impulsó a seguir adelante. Mantuvo la concentración a pesar de su tragedia. La multitud reconoció su firmeza y lo ovacionó.
Llegó en tercer lugar, pero para muchos fue el ganador moral de la competencia. “Mi bronce es de oro. Da igual lo que haya ocurrido”, dijo Vanderlei tras finalizar la prueba. Las autoridades brasileñas pidieron para él una segunda medalla de oro, pero el Comité no lo aprobó.
El episodio, captado cuando apenas faltaban seis kilómetros para terminar la maratón, es uno de los más recordados en la historia de los Juegos Olímpicos.
En un principio, Pelé, la leyenda viviente del fútbol brasileño, iba a ser el encargado de encender la llama olímpica en Río 2016, pero esgrimió motivos de salud para perderse la ceremonia. Gustavo 'Guga' Kuerten, tres veces ganador de Roland Garros, entró en el estadio con la antorcha, visiblemente emocionado. Kuerten le cedió entonces el testigo a la ex basquetbolista Hortencia, plata en Atlanta-1996, quien se lo pasó definitivamente a Vanderlei, la estrella de la noche.
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