Estás corriendo y de pronto notas un calambre en la parte posterior de tu muslo. Al principio crees que puedes seguir pero el dolor empeora según tratas de mantener el ritmo. A los pocos instantes, tratando de encontrar el origen del dolor y habiéndose enfriado ya los músculos, te das cuenta que ya no puedes volver a correr. Los síntomas apuntan a que acabas de sufrir el síndrome de isquiotibiales.
¿Qué es el síndrome de isquiotibiales?
El cirujano finlandés Sakari Orava es la persona de confianza de numerosos clubes de fútbol de máximo nivel mundial, y por sus manos han pasado estrellas como Pep Guardiola, David Beckham o Marco Van Basten.
Orava definió el síndrome de isquiotibiales como un cuadro en el que el dolor es irradiado al muslo, a lo que también llamamos ciatalgia. Este dolor se produce al formarse adherencias y fibrosis alrededor del nervio ciático en el momento en que desciende hacia la pierna, estando a nivel de los tendones isquiotibiales.
Diagnóstico del síndrome isquiotibial
El equipo del doctor Ángel de la Rubia, presidente de la Sociedad Española de Podología Deportiva, afirma que el diagnóstico se realiza de forma clínica o exploratoria. Para confirmar que lo que padecemos es un síndrome isquiotibial, hay que recurrir a técnicas de diagnóstico por la imagen, como una ecografía o una resonancia magnética nuclear.
El síntoma principal es una sensación de quemazón, que se irradia hacia el muslo, y lo habitual es que aparezca durante la carrera.
Este síndrome es especialmente frecuente en el sexo masculino
Medidas de prevención
El estiramiento es fundamental para evitar este tipo de lesiones, tanto antes como después del ejercicio, siendo los estiramientos a posteriori los más importantes. De esta manera, aliviamos la rigidez que se produce al acumular tensión en los músculos y que a menudo provoca el síndrome isquiotibial.
Además de la ausencia de estiramientos, una vez desarrollado el cuerpo, las posibles compensaciones osteomusculares instauradas serán difíciles de corregir. Para prevenir esta otra causa, hay que hacer una valoración personal desde la infancia y una revisión anual hasta alcanzar la madurez.
Tratamiento de la lesión
Tal y como afirma el doctor David López Capapé, especialista en cirugía ortopédica y traumatología deportiva, el tratamiento puede ser conservador, especialmente en roturas parciales. “Consiste en guardar reposo durante unas 6 semanas, evitando el gesto deportivo en el que se produjo la lesión. Hay que realizar también fisioterapia y posterior rehabilitación de la fuerza”.
En el caso de los deportistas de alto nivel, la situación puede contar con el factor tiempo en contra, ya que deben recuperarse cuanto antes. Es por ello que a veces se recurre al tratamiento quirúrgico. “La reparación abierta es la técnica que ofrece unos mejores resultados de cara a la vuelta al nivel previo de ejercicio”.