En abril de 1967, la norteamericana Katherine Switzer se atrevió a inscribirse en la maratón de Boston.
En abril de 1967, la norteamericana Katherine Switzer se atrevió a inscribirse en la maratón de Boston.
Francessca Huané

Probablemente se ha convertido en parte de tu rutina. Lo haces porque has encontrado beneficios a nivel físico y de salud. Pero, ¿has pensado en cómo la mujer logró hacer suyo este deporte? Por siglos, se postuló que las mujeres no tenían la capacidad de competir en atletismo, alimentando un prejuicio machista que mermó en la más importante de las habilidades que necesita un o una runner: creer que es posible, que uno es capaz de cruzar la meta.

Sin embargo, en 1926 la inglesa Violet Percy derribó el mito al convertirse en la primera mujer en correr –con distancia fiscalizada– una maratón. Más tarde, en abril de 1967, la norteamericana Katherine Switzer se atrevió a inscribirse en la maratón de Boston. “Me inscribí con mis iniciales. Los organizadores supusieron que era un hombre y me dieron el número 261”, contó Switzer a la BBC. Intentaron sacarla de la pista, pero ella tenía claro su objetivo: “Le dije a mi entrenador ‘tengo que terminar esta carrera, así sea sobre mis manos y mis pies, porque si no la termino nadie creerá que las mujeres pueden hacer esto, que las mujeres deben estar aquí’”.

Con ello, Switzer abrió el camino a la siguiente generación de atletas femeninas. Como señala , entrenador de atletas de élite peruanos, el 60% de los resultados de una competencia se deben al factor psicológico y el 40% al físico. Un deportista necesita entrenar su resistencia, su fuerza y, principalmente, su mente. Esto, sin duda, lo pueden hacer tanto hombre como mujeres.

MÁS MUJERES CORRIENDO

Ha pasado más de medio siglo desde aquel día y, gracias a ese episodio histórico, las mujeres ganaron el derecho a ser incluidas en las competencias oficiales alrededor del mundo. Así, creció una cultura runner en la que las mujeres siguen siendo un ejemplo de rebeldía ante la adversidad, superación y garra. En esta nota, te presentamos las historias de cuatro runners peruanas que conquistaron el éxito amparándose en su fortaleza mental.

Gladys Tejeda - Maratonista

Nació en Huancayo hace 33 años, siendo la menor de nueve hermanos, y desde muy pequeña mostró cualidades para el atletismo. A los 24 años ganó su primer Campeonato Sudamericano de Media Maratón, en Lima, y desde entonces no paró de dar alegrías al deporte nacional, con episodios tan recordados como su cuarto lugar en la Maratón Internacional de Seúl 2011 y su participación en la maratón de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Pero el capítulo más glorioso de su carrera se escribió apenas el año pasado, en los Juegos Panamericanos Lima 2019. La maratonista había sido despojada de la medalla de oro que ganó en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, después de un dopaje relacionado a diuréticos, y en Lima, cuatro años más tarde, tuvo la oportunidad de volver a dejar su nombre en lo más alto. Se llevó la medalla de oro en medio de la algarabía de quienes asistieron a Miraflores para ser testigos de su triunfal llegada. Fue un día histórico en el que brilló como nunca antes.

Yenny Vargas - Paratleta velocista

En 2002, a los cinco años de vida, una descarga eléctrica le hizo perder el brazo izquierdo, hasta la altura del codo. Creció rodeada de personas que conocían su condición y la apoyaban, pero cuando descubrió el running tuvo que enfrentarse a una nueva realidad. “Al inicio corría con polos manga larga, porque pensaba que se iban a burlar de mí”, confiesa.

Sin embargo, a medida que fue conociendo el deporte , su vida cambió. “Me mentalicé en demostrar que sí se puede”, explica la paratleta de Apurímac. La mayor prueba de ello fue su clasificación a los Juegos Paralímpicos Río 2016, donde compitió en las pruebas de 400 y 200 metros planos. “Hoy me siento una mujer luchadora, porque he sabido sobrellevar mi discapacidad y voy logrando mis objetivos”, asegura con orgullo.

Marilú Salazar - Trail Running

Su vida estuvo siempre ligada al deporte. Fue basquetbolista, hizo equitación e incluso aeróbicos, hasta que descubrió el running hace casi una década. En 2013, en medio de un proceso de divorcio y mientras enfrentaba un cáncer de mama, corrió 21k en pista por primera vez. "El running me ha dado una paz y tranquilidad alucinante", comentó en una entrevista para El Comercio.

Dos años más tarde se enamoraría del , donde descubrió que con trabajo duro y constancia se pueden alcanzar las metas que uno se proponga. Para Marilú, este deporte no se trata de potencia física sino de fuerza mental, porque en la montaña todos son iguales. “La mujer se empodera cada vez que sale a correr. Muchas veces da terror cuando estás en la línea de partida y hay mil corredores hombres y pocas mujeres, pero eso no te hace más chiquita, ni menos poderosa”, asegura.

Thalía Valdivia - Trail Running y Cross Country

A sus 23 años, la huanuqueña ya cuenta con un nutrido palmarés. En 2018 se colgó la medalla de oro en los 10 mil metros planos del Campeonato Sudamericano Sub 23 (Ecuador) y en el Campeonato Sudamericano de Media Maratón (Surinam), aunque ese mismo año decidió dar un giro a su carrera y asumir un nuevo reto: las carreras de alta montaña. Apenas un año más tarde, ocupó el quinto puesto en el Campeonato Mundial de Montaña de Villa La Angostura (Argentina).

Demostrando que lo suyo son los desafíos, en febrero pasado participó en el Panamericano de Cross Country de Canadá, donde logró una medalla de bronce. “Fue un resultado único. Cuando crucé la meta se me cayeron las lágrimas. Me impresiona que, a pesar de mi corta preparación, estoy logrando grandes cosas –comentó la atleta, aún emocionada–. El running te enseña a ser fuerte, guerrera. Te enseña una buena filosofía de vida”.

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