.
.

Por Francessca Huané
Sintió pasión por el marchismo desde muy pequeña, pues fue gracias a su prima que , a los 5 años, iría por primera vez a un estadio y vería como se practicaba el deporte que años más tarde se convertiría en su única profesión. “Yo sentí que ya era algo profesional a los 9 años, porque ahí cogí mi primera medalla a nivel regional. Estaba muy emocionada y eso fue lo que me motivó a seguir”.

Desde ese momento, la atleta no paró. Su desempeño solo mejoraría con el tiempo. Comenzó a participar a nivel nacional en categoría infantil y las medallas continuarían acumulándose. A los 13 años viajaría a su primera competencia internacional para representar al país en la categoría menores. “Fui a Bolivia y quedé cuarto lugar. Yo estaba acostumbrada solo a ganar y por eso, regresé decepcionada y con ganas de dejarlo. Pero mi familia me motivó a seguir y continué”.

A los 16 años cuando recién le correspondía entrar a la categoría menores, Kimberly demostraría su gran talento compitiendo, ahora si, con chicas de su misma edad; una vez más los primeros puestos serían suyos. “De ahí pase a categoría juveniles y fui sub campeona panamericana y campeona sudamericana. Me fue muy bien”. Pero la marchista huancaína ya estaba por terminar sus estudios y  tenía que decidir si quedarse en atletismo o continuar con estos.

“Ya iba a entrenar a categoría mayores y ahí son 20 kilómetros. Debía comenzar a entrenar en las tardes, también. Pero yo siempre tuve el sueño de llegar a las olimpiadas y ganar una medalla. Eso lo hablé con mis padres y como ellos me apoyan en mis objetivos, me dijeron que sí me apoyarían a continuar con en este deporte”, menciona quien además, dice que su familia siempre ha sido una pieza fundamental en su carrera.

MÁS LOGROS
La atleta clasificó para las Juegos Olímpicos Río 2016 y aunque dio su mayor esfuerzo, ella no alcanzó sus propias expectativas. “Llegué en puesto 14. Eso me desmotivó muchísimo. Esta vez yo ya estaba decidida a dejar el marchismo porque por más que yo diera todo mi esfuerzo no contaba con el apoyo de un equipo biométrico durante la competencia, como sí lo tuvieron otros países”. Sin embargo, esta decisión se revirtió cuando empezó un nuevo año con el apoyo de empresas privadas que se sumaban a su equipo.

Fue gracias a ese apoyo que la marchista este año logró clasificar al Mundial de China quedando entre las 10 mejores del mundo. Con este resultado pudo clasificar a los los llevándose la medalla de oro en esta competencia. “Estaba un poco enferma, pero dije tengo que hacerlo y marché. En el primer kilómetro saqué ventaja. Me mantuve en ese ritmo y al final fui campeona”.

En la actualidad, Kimberly García continúa preparándose para más competencias como los Iberoaméricanos 2018 que se llevarán a cabo en Trujillo, para el 2019 los Juegos Panamericanos en Lima y para el 2020 su gran meta es llegar a las Olimpiadas de Tokio y llevarse una medalla. “Siempre tengo un objetivo: ser campeona. Amo lo que hago. A veces tienes que sufrir para ganar. Si llego súper cansada es porque di todo de mi”, menciona orgullosa la atleta.

Contenido sugerido

Contenido GEC