Ricardo Gareca tenía en su lista preliminar de convocados a Christian Cueva.
El ‘Tigre’, al volver a Lima luego de una breve estancia en Buenos Aires, llegó a la Videna con una lista preliminar de posibles convocados para la fecha doble de amistosos en noviembre ante Chile y Colombia. Sí, Christian Cueva estaba allí.
Al margen de una acumulación de inconvenientes extradeportivos, Gareca insistía en Cueva por una razón estrictamente deportiva: debido a que no acumulaba minutos con el Santos de Brasil era una buena oportunidad incluirlo en los microciclos de la Blanquirroja. Pero los últimos acontecimientos (el anuncio de su ausencia en las prácticas del Santos) motivaron que se organice una reunión de emergencia con todos los integrantes del comando técnico de la selección peruana de mayores. Había que confirmar o descartar nombres en esa lista de 23 jugadores.
La conferencia iba a darse al mediodía, sin embargo hubo 45 minutos de retraso. ¿Las principales dudas? Confirmar la ausencia de André Carrillo, discutir sobre el regreso de Raúl Ruidíaz y Cristian Benavente, y debatir sobre la pertinencia de llamar o no a Cueva.
En menos de dos años, ‘Aladino’ pasó de ser un indiscutible de la selección a ser la duda permanente de Gareca. Del hijo predilecto a un hijo pródigo sin fecha de retorno. El ‘Tigre’, siempre entregado a sus principios democráticos, escuchó a Néstor Bonillo, a Sergio Santín y a Ñol Solano para emitir su sentencia temporal. Si a todo esto le sumamos la opinión del director deportivo, Juan Carlos Oblitas, lo de Christian Cueva se convirtió en una situación indefendible.
-El factor Autuori-
Paulo Autuori, el director deportivo del Santos, es un hombre que conoce muy bien al futbolista peruano. Fue campeón nacional con Alianza Lima, con Sporting Cristal y entrenó a la selección peruana en la primera parte de las Eliminatorias para Alemania 2006.
Con todo ese recorrido, las conclusiones de Autuori sobre Cueva no son apresuradas. Todo lo contrario, su diagnóstico tiene el realismo de un especialista de la psicología del jugador de fútbol en este país.
“Cueva tiene muchos problemas, todos lo saben. Estamos analizando sobre su futuro, pero no va a jugar más por Santos este año”, dijo el brasileño a pocas horas del llamado de Gareca. Fue una advertencia que llegó a Videna a pocas horas de una importante conferencia, con el último llamado en el año.
Mientras Gareca leía sus convocados, la atención de los que estábamos en la conferencia era definir la permanencia o exclusión de Christian. Al final, luego de una extensa charla, la determinación fue no llamarlo y recomendarle abiertamente que mejore su situación deportiva.
“Es necesario que Christian (Cueva) solucione su momento y después veremos”, explicó Gareca sin profundizar más. Su vuelta en marzo del 2020 tendrá que ver con dos factores fundamentales: que encuentre equipo donde pueda jugar y que desaparezca de las noticias de espectáculos.
-Las otras ausencias-
En el caso de André Carrillo hay más aristas para explicar que no esté en el llamado del 'Tigre'. Se podría interpretar como un mensaje para que la 'Culebra' vuelva al rendimiento que nos emocionó a todos en el Mundial Rusia 2018. Josepmir Ballón ha tenido oportunidades para mostrarse, pero estas semanas de inactividad por la crisis chilena (juega en la Universidad de Concepción) también ha sumado para que no esté en esta convocatoria. Además, ha llegado el momento de ensayar con futbolistas como Andy Polo y el mismo Pedro Aquino.
Otros jugadores como Kevin Quevedo o Alejandro Hohberg estaban en el radar de Gareca, aunque la definición del Torneo Clausura ha determinado que se llamen pocos jugadores del torneo local.
Lo de Cueva, sin duda, será el tema de debate por las próximas semanas. Por su bien, es momento de que reflexione y busque retomar su rumbo futbolístico. Condiciones tiene y tendrá. Solo recordar su desborde por izquierda ante Nueva Zelanda eriza la piel de cualquiera (así pasen los años). Sin embargo, es hora que acepte que tiene un problema. Ricardo Gareca, ese hombre que se convirtió en un “señor de los milagros” para el fútbol peruano, demostró que, con jugadores como Cueva, ya no tendrá la paciencia de una procesión.