"Corazón Guerrero", por Ricardo Montoya [OPINIÓN]
"Corazón Guerrero", por Ricardo Montoya [OPINIÓN]

Ha sido una larga travesía la recorrida hasta el triunfo del martes último. Ha sido un sendero con algunos goces, es cierto, pero fecundo en golpes. Un destino que, puede o no, ser mundialista, pero que en su búsqueda ha logrado conjugar el carácter de un grupo humano que representa a un país. Eso ha sido la para la hasta hoy: un manual de lecciones aprendidas.

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Los grandes equipos se distinguen porque juegan muy bien pero, además, porque luchan siempre. Este Perú de Gareca ha aprendido a enamorar la pelota, aunque todavía diste mucho de ser una escuadra completa. No es sólido en su defensa. Salvo en una ocasión, contra Paraguay en Lima, en todos los demás encuentros hemos visto nuestra valla vulnerada. Esta mácula contrasta con un valor agregado que no mostraban los representativos nacionales de las últimas décadas: aprender a no descorazonarse cuando el rival golpea primero. Ahora Perú, como diría el poeta, “no se siente vencido, ni aun vencido”. En estos tiempos, si es que nos adelantan, replicamos con gol. Esta novedosa rebeldía nos compromete a escribir relatos inolvidables, como el que reclama la victoria inobjetable contra los charrúas.

En la Eliminatoria, Perú ha sabido conseguir victorias y rescatar puntos cuando el rival tenía ventaja, en cinco ocasiones: contra Venezuela dos veces; contra Paraguay en Asunción; contra Argentina en Lima y contra Uruguay también en nuestra ciudad capital. Frente a Chile supimos igualar ambos partidos pero caímos derrotados.

A diferencia del pasado, cuando un tanto recibido era señal condenatoria para nuestros intereses, en el presente la Blanquirroja no se amilana y va en busca del triunfo, o del empate, con un fervor, una tenacidad y un coraje admirables. Palmas para el estratega del conjunto patrio y para su comando técnico que tienen mucho que ver con los resultados y con esta actitud combativa del equipo.

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Un acápite especial merece el trabajo de . En cuatro de los cinco partidos en que los de Gareca parecían naufragar, el capitán ha aparecido para enderezar el timón, y para llevar al grupo a buen puerto. El ‘Depredador’ convirtió contra Venezuela, Argentina y Uruguay en Lima; y también puso la cabeza para auxiliarnos en Maturín contra los llaneros. También le marcó a Chile en el Nacional, pero no alcanzó para arañar el empate. “Guerrero está a la altura de Cubillas y Sotil” nos dice Jorge Barraza y empezamos a creerle.

En los partidos más difíciles que le ha tocado jugar a Perú, aun cuando ha sido ampliamente superado no ha dejado de luchar. En Santiago, por ejemplo, estuvimos cerca de la igualdad más por actitud que por fútbol. Contra el espléndido Brasil que ha sabido orquestar Tite, Perú tampoco se sintió comparsa y le planteó resistencia. Tanto así que el técnico paulista reconoció la dificultad de la victoria del Scratch.

En suma, Gareca no es infalible. Puede haberse equivocado en alguna formación, o en algún planteamiento, pero mezquinarle que el ritmo de la banda roja no suena cada vez mejor es poco serio. Gane o pierda, provoca ver a esta selección porque es un grupo que busca siempre, que tiene un corazón enorme y que, a diferencia del principio, está disfrutando a plenitud la difícil travesía de la Eliminatoria.

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