Ayer, Jefferson Farfán cumplió 36 años. El piloto de ataque de la selección no tiene club –y no se sabe si volverá a tenerlo este año-, por eso entrena a solas en la Videna para no perder la forma.
El propietario del puesto, Paolo Guerrero, no puede hacer valer sus derechos porque en agosto sufrió una de las lesiones más temidas por los futbolistas: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla (en su caso, la derecha). Los cálculos más optimistas refieren que podría estar de vuelta recién en febrero del 2021.
Por su edad –en enero cumple 37 años- y la gravedad de su lesión es imposible saber si podrá recuperarse plenamente y estar a órdenes de su club y de Ricardo Gareca. Su vuelta es un enorme signo de interrogación.
Raúl Ruidíaz tiene 30 años y acumula 176 goles en sus 12 años de carrera. Sin embargo, no marca un tanto con la camiseta de la selección desde el 27 de marzo del 2018, cuando anotó en el 3-1 sobre Islandia, en un amistoso previo al Mundial. Los números de la ‘Pulga’ con la bicolor son muy pobres: apenas ha marcado cuatro goles, uno de ellos con la mano, ante Brasil, en la Copa América Centenario del 2016.
Las otras alternativas para suplir a Guerrero aún están en proceso de maduración. Matías Succar nunca ha jugado oficialmente por la selección, Aldair Rodríguez recién trata de hacerse un lugar en el América de Cali, mientras que la experiencia internacional de Álex Valera se limita a su participación en la Copa América de fútbol playa jugada hace dos años en nuestro país.
Bajo este sombrío panorama, ¿por qué no aceptar a Gianluca Lapadula? Sin ser un portento, es uno de los pocos jugadores de raíces peruanas que alterna en una liga top. Lleva cinco temporadas consecutivas en el Calcio, ahora en el modesto Benevento, y en el actual torneo suma dos goles en cinco encuentros.
Lapadula es una alternativa que sería absurdo desdeñar. ¿Que años atrás le dijo no a Gareca? Es tiempo pasado. Gran parte del trabajo de las selecciones del planeta consiste en ‘enamorar’ a jugadores de distintas nacionalidades para incorporarlos a sus combinados.
Finalmente, su incorporación la decidirá el ‘Tigre’, en cuyo buen juicio hay suficientes razones para confiar.
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