Rafael Nadal siempre se ha caracterizado por ser un jugador que no da ninguna pelota por perdida. Aun cuando esta parezca, para el ojo de cualquier espectador, imposible de responder. Contra Roger Federer, en las semifinales del Abierto de Australia, demostró lo que vale una vez más.
En la mitad del segundo set, el suizo subió hasta la net para intentar contrarrestar el buen juego de fondo del español. Con un toque sutil, dejó la pelota en la línea y bien esquinada. Nadal, que no esperaba que el balón fuera allí, se recuperó de forma increíble y terminó ganando el punto, generando la admiración de los presentes.
Y esa no fue la única jugada que asombró al público que llegó a Melbourne Park para apreciar el partido del año. La otra gran jugada fue un tiro paralelo que dejó sin reacción a Federer, quien erró demasiado ante el número uno del mundo.