Hace unas semanas, Textil del Valle puso en marcha la planta de energía solar más grande de Chincha. Y ahora se encuentra viendo la forma de traer los primeros buses eléctricos para esta soleada urbe. Estas y otras inversiones forman parte de su estrategia de sostenibilidad para competir con los fabricantes de textiles asiáticos. “Y al mismo tiempo, vamos a mejorar el nivel de vida de la ciudad donde se ubica nuestra zona de influencia”, apunta Juan José Córdova, gerente general de la empresa textil.
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Entendemos que Textil del Valle es uno de los mayores empleadores de Chincha.
O el mayor. Textil del Valle se inició hace 32 años y hoy tiene 2.700 colaboradores, casi el 7% de la población económicamente activa (PEA) de Chincha.
¿Qué producen?
Somos un productor vertical que elabora desde las telas hasta las prendas, las cuales vendemos, principalmente, al mercado de EE.UU. Nuestra producción es 25% poliéster y 75% algodón y mezclas.
¿Qué puesto ocupan en el ránking de exportadores textiles?
Estamos entre los tres primeros lugares en el rubro de productores de prendas de vestir para exportación.
Teníamos entendido que ocupaban el primer lugar, según valor de exportación.
Bueno. El año pasado fuimos los primeros, pero preferimos decir que estamos entre los tres primeros.
¿Y por qué no decirlo?
Porque este es un negocio que se mide por ingresos. El precio promedio de una prenda de Textil del Valle es de US$82 por kilo. El del productor que nos sigue es de US$40 por kilo. Nuestro producto es de super high end, o sea, prendas marca premium.
¿Piensan destinar un pocentaje al mercado nacional?
No. Lo tenemos muy enfocado. Los polos de Textil del Valle son como un Ferrari. Nuestra prenda cuesta US$82 por kilo, y el mercado lo paga. No solo eso, estamos sobrevendidos y seguimos creciendo, aunque no a la velocidad que quisiéramos.
¿Qué marcas exportan?
Las principales marcas con las que trabajamos son Lacoste, Lululemon, Vineyard Vines, Ralph Lauren, Polo y próximamente vamos a trabajar con Patagonia y The North Face. Nuestra idea es crecer, sabiendo que el Perú representa menos del 1% de las importaciones de productos de algodón de EE.UU. y menos del 0,6% en el caso del poliéster. Eso nos dice que podemos seguir creciendo.
Hasta antes de que el coronavirus impactara en el Perú, ustedes pensaban crecer 20% anual. ¿Ahora?
Ahora, consideramos que terminaremos igual que el año pasado y que no seguiremos ese ritmo de crecimiento.
¿Cómo los afecta el coronavirus?
La afectación es amplia, pero aún no podemos medir el daño que hará el sector. A priori, sin embargo, pensamos que traerá un problema en la cadena de pagos (desde clientes a proveedores) y, con ello, un problema de caja para las empresas de textiles. Asimismo, la proyección de demanda seguramente se va a contraer, pero dependerá del tiempo que estén cerradas las tiendas de EE.UU. nuestro principal mercado.
¿Esperan alguna medida del Gobierno?
Esperamos medidas de reactivación para aminorar esta afectación a través de, por ejemplo, factoring dirigido a Cofide o el Banco de la Nación.
Mientras tanto, están apuntando a la sostenibilidad como herramienta para crecer.
Al cien por ciento. Eso es lo que nos va a ayudar como estrategia competitiva, porque es imposible competir con las textileras asiáticas en temas de costos.
¿En qué consiste esta estrategia?
Hemos encontrado que la sostenibilidad es un driver poco trabajado en el mundo textil. Por eso, hemos decidido convertirnos en la planta textil más sostenible del mundo para diferenciarnos de las plantas que compiten con nosotros y que están estratégicamente ubicadas en Asia y Centroamérica.
¿Cómo piensan lograrlo?
El objetivo es convertirnos en una empresa neutra en carbono. Eso conlleva a que las 20 mil toneladas de dióxido de carbono, que emitimos anualmente, se compensen con la utilización de energías renovables no convencionales (RER) y el alquiler de bosques amazónicos [en colaboración con Sernanp].
¿Para ello hace falta una certificación? ¿Cuándo la tendrían?
En julio de este año vamos a tener todas las certificaciones que nos van a asegurar ese estándar.
¿La estrategia de sostenibilidad se reflejará en el precio de las prendas?
No. Se refleja en la oportunidad de tener más clientes y en poder seleccionar cuáles son los mejores para nosotros. Y esto sí, en mayúscula: No hay sostenibilidad sin rentabilidad. Este es un tema muy claro. Todo esto lo hacemos para tener una mayor posibilidad de demanda del mercado.
Aparte de mejorar la sostenibilidad, ¿qué otras medidas están adoptando?
Hemos empezado a implementar el lean management en toda la organización, que es el top en manejo de operaciones en cualquier industria. Desde el punto de vista de sostenibilidad, ya tenemos un nivel mundial, pero para poder seguir creciendo y despegando, necesitamos una base operacional muy potente. Esto nos ha llevado a comprar las operaciones de Devanlay, dueña de Lacoste, en el Perú.
¿Ha sido una adquisición reciente?
Sí. Hace un par de meses.
¿Qué han comprado exactamente?
Se trata de la planta de manufactura de Devanlay en Lima, donde se elaboran los bordados de los cocodrilos [caimanes] para el mundo. Vamos a producir todos los cocodrilos de Lacoste a través de un contrato de royalty (regalías) con Devanlay.
¿Con esto ya tienen dos plantas: una en Ica y otra en Lima?
Sí. Y nos hemos puesto el compromiso de que el 100% de nuestra energía sea renovable para el 2025.
¿Con energía solar?
Textil del Valle tiene una relación de larga data con Atria Energía y les propusimos desarrollar un proyecto de generación fotovoltaica para cubrir el 50% de nuestras necesidades energéticas, que suman 500 mil kilovatios, en una primera etapa. Atria nos ha financiado la puesta en marcha, sin que nosotros gastemos un solo sol.
¿Ustedes no han gastado nada en la planta fotovoltaica?
No. Tenemos instalados 1.400 paneles solares, que generan la mitad de la energía de nuestra planta de Chincha, sin desembolsar un dólar.
¿Cómo funciona ese negocio?
El modelo de negocio es que toda la energía solar nos la factura Atria con el mismo precio de la energía (industrial) en Ica, hasta cubrir la inversión.
¿De cuánto tiempo hablamos?
De cinco años y medio. La idea es que este modelo se contagie a Ica y a todo el país. Textil del Valle certifica que es sostenible y que puede ser exitoso. Y no estamos hablando del futuro. Es el hoy. Las empresas peruanas necesitan transitar por este camino para ser más competitivas y sostenibles. Pero esta es solo la primera etapa.
¿Cuál es la siguiente?
La primera etapa es la generación de energía fotovoltaica. La segunda es el transporte eléctrico en Chincha, también con Atria. Vamos a empezar con una flota de dos a cuatro buses eléctricos, que nos ayudará a transportar a nuestro personal en los horarios de trabajo. Fuera de ese horario, vamos a llevar a los niños a la escuela y a realizar servicio público gratuito para la ciudad.
¿Quién será el proveedor del transporte?
Estamos en negociaciones con fabricantes top de China. Nos encontramos trabajando en esto para demostrar que el transporte público eléctrico es eficiente, de menor costo, y más amigable con el medio ambiente.
Sería la segunda experiencia en el Perú, pues ya hay un bus eléctrico en la mina Cerro Corona (Cajamarca).
Sí, pero nosotros iremos más allá. Hemos armado un clúster de empresarios en Chincha para desarrollar un proyecto de paraderos ecológicos en la Panamericana Sur.
¿Paraderos con energía solar?
Lo que pasa es que en Chincha mueren 30 personas al año, atropelladas por falta de luz en la carretera Panamericana antigua. Por eso, queremos implementar paraderos con paneles solares y acumuladores en seis puntos estratégicos.
¿La energía solar y la electromovilidad son los pilares de la estrategia de sostenibilidad?
Sí. Pero esto nos ha llevado a más cosas. Por ejemplo, la energía solar se usará en una planta de ósmosis inversa que reducirá en 50% nuestro consumo de agua en Chincha. Debido a esto, marcas como Patagonia y North Face quieren trabajar con nosotros y ser los primeros en Sudamérica.
¿Patagonia y The North Face quieren que ustedes sean sus primeros proveedores en en Sudamérica?
Ellos se abastecen, principalmente, de Asia, pero nos están buscando por tener esa diferencia, desde el punto de vista de la sostenibilidad. Tenemos muchos proyectos de este tipo.
¿Qué otros proyectos?
Por ejemplo, en seis meses vamos a volvernos una empresa circular, en el sentido de que no vamos a tener mermas de tela. El 20% lo reciclaremos para otras prendas y el 80% lo usaremos en un proyecto llamado Abrígate Perú, orientado a hacer frazadas para nuestros compatriotas que sufren todos los años por las heladas.