(Foto: Archivo)
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Daniel Macera

El primer problema para impulsar la contratación de en empresas locales es que no se tiene una definición precisa (en la legislación actual) de qué es una discapacidad.

La Ley 29973 (Ley General de la Persona con Discapacidad) indica que se trata de aquella persona que tiene “una o más deficiencias físicas, sensoriales, mentales o intelectuales de carácter permanente que, al interactuar con diversas barreras actitudinales [...] pueda verse impedida en el ejercicio de sus derechos y su inclusión [...] en la sociedad en igualdad de condiciones”.


No obstante, de acuerdo a Pamela Navarro, directora de la práctica laboral del estudio PPU, existen empresas que se aprovechan de esta definición para, por ejemplo, inscribir en el Registro Nacional de la Persona con Discapacidad a aquel trabajador que no tiene una falange en algún dedo de la mano.

De esta manera, estarían cumpliendo con la cuota establecida por ley (al menos 3% si cuentan con más de 50 trabajadores en planilla).
“La falta de trabajo para incluir en la sociedad a las personas con algún tipo de discapacidad también se hace evidente, por ejemplo, en las calles, donde no existe mayor señalización para personas con ceguera o veredas para sillas de ruedas”, opina Navarro.

PANORAMA

Al buscar trabajos para personas con discapacidad en Google, las primeras ofertas que se encuentran son para telemárketing, limpieza y educación (en el área de cómputo).

(Foto: Distintaslatitudes)
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El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señaló que al 2017 había 3’051.612 personas en el país que padecen algún tipo de discapacidad. Esta cifra representa el 10,4% de la población nacional, calculada en 31’237.385 de habitantes.

Del total de personas con discapacidad, indica Navarro, solo 45% formaban parte de la Población Económicamente Activa. Y de ese porcentaje 63,1% pertenecían al área rural, mientras que el 36,9% al área urbana.

Asimismo, según el INEI, el 48,3% de este grupo tiene dificultad para ver; el 15,1% para moverse o caminar; el 7,6% para oír; el 4,2% para aprender o entender; el 3,2% presenta problemas para relacionarse con los demás; y el 3,1% para hablar o comunicarse. Finalmente, el 18,2% de las personas con habilidades especiales presenta dos o más tipos de discapacidad.

El rango salarial, dependiendo el puesto, oscila entre los S/3.937 (recursos humanos) y S/1.553 (atención al cliente), según una encuesta publicada por Aptitus. Para tenerlo en perspectiva, el promedio de ingresos en Lima al cierre del 2018 era de S/1.686.

ESFUERZO DOBLE

En conversaciones con Día1, Roberto Villamil, especialista en actividades para empleadores en la OIT, señalaba que lo primero que se tiende a subestimar a las personas con discapacidad, confundiendo la discapacidad con incapacidad. Sin embargo, el reto de cambiar la mentalidad corporativa es solo uno de los pasos a seguir, indica por su lado Navarro.

“Falta generar nuevos puestos de trabajo o vacantes para este grupo o llevar a cabo los procesos de evaluación específicos. Y en caso ninguno de los postulantes se adecúe al perfil de puesto, se deberá justificar las razones de carácter técnico que motiven la especial dificultad para incorporarlos”, explica la abogada.

No se debe dejar de lado, además, que promover el ingreso de este grupo poblacional forma parte del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles a los cuales está comprometido el Perú.

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