La transformación digital es un proceso sin reglas escritas. Cada compañía vive el salto de una manera única y convirtiendo poco a poco sus procesos manuales en acciones que toman menos tiempo y que benefician a sus diferentes áreas.
El sector asegurador no es una excepción, los cambios se ajustan a las estrategias de las empresas; sin embargo, una tendencia viene convirtiéndose en ese paraguas común para todos los jugadores del mercado: los datos son el nuevo motor de los seguros.
Las compañías del sector van a convertirse en compañías “data driven” (dirigidas por los datos). Desde hace varios años, las aseguradoras vienen adoptando un enfoque centrado en el cliente y sus necesidades. La industria ha encontrado en la data una ventana hacia procesos de toma de decisión más ágiles y eficaces que desembocan directamente en transformación e incluso en nuevas líneas de negocio.
El momento del siniestro, la renovación de una póliza, incluso cuando ese cliente decide dejar la aseguradora; todas estas acciones generan datos y, al mismo tiempo, la posibilidad de una trazabilidad del recorrido de un afiliado al usar el servicio. Gracias a la data conocemos a nuestros clientes mejor que nunca.
Incorporar la gestión de la información en la cultura aseguradora no es un camino fácil. Organizar datos es difícil, costoso y lento, pero necesario. En el Perú ya empezamos a dar los primeros pasos. Hay empresas que implementan áreas de gestión de datos para estandarizar la información e instauran recursos de Advance Analytics. Lo que se pretende es generar modelos algorítmicos que permitan “predecir el futuro” para poder brindar a nuestros clientes soluciones a la medida en el momento adecuado.
La data es la divisa del futuro y como consecuencia, en el mundo, muchos procesos manuales están perdiendo relevancia. La automatización de procesos es una ventaja que nace a partir del trabajo de la data y que genera tanto beneficios para la empresa, por destinar menos recursos en procesos manuales, como para el cliente, que contará con soluciones digitales en la palma de su mano. Por ejemplo, la asistencia telefónica se reducirá de forma significativa en el tiempo y será reemplazada por bots con Inteligencia Artificial. Y este escenario tan disruptivo es solo una fracción de la revolución digital que se consolidará en los siguientes años. Entrar al mundo de los datos no es una opción, sino una obligación y los jugadores del mercado que lo aprovechen más temprano son los que tendrán una importante ventaja competitiva futura.
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