El domingo pasado, el Gobierno publicó el decreto legislativo 1501 que modifica la ley de gestión de residuos sólidos, haciendo obligatoria la segregación de los materiales orgánicos e inorgánicos en la fuente de generación, como el hogar. Es una medida ambiciosa que busca contribuir a mejorar la condiciones de la salud pública del país. Sin embargo, su implementación y su sostenibilidad financiera están en cuestión. Día1 entrevistó a la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, al respecto.
¿Cuál es el plan del Gobierno con del DL 1501?
Hay dos normas. Una del sábado, que es un protocolo de seguridad e higiene del servicio reciclaje en esta coyuntura en el Covid-19. Todas las actividades de la primera fase (de reactivación económica) ya tienen que aplicar estos temas. Es obligatorio para todas las actividades económicas que se están empezando a implementar. Entonces, por ejemplo, los restaurantes, que van a hacer el servicio de delivery, los negocios que se van a empezar a aperturar, los mercados que se están reorganizando. Para todos esos casos, este protocolo es obligatorio.
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¿Y el decreto legislativo?
Es una modificación a la ley general de residuos sólidos y necesita una reglamentación. Vamos a tener unos meses todavía hasta que se apruebe una reglamentación y a partir de ahí será de obligatorio cumplimiento de manera progresiva, igualito que lo hicimos en el caso del plástico de un solo uso. Esta norma establece un cambio de la visión sobre el manejo de residuos sólidos, que hasta ahora tratamos como basura, cuando en realidad los deberíamos tratar como un insumo que puede valorizarse.
¿Está el mercado listo para absorber la oferta de residuos sólidos? ¿Hay empresas que puedan recogerlos y tratarlos?
Uno de los problemas principales que tenían las empresas que querían incentivar el reciclaje, por ejemplo, una que hace botellas de plástico, quería tener más material reciclado. Decían “yo podría producir más, si tuviera más botellas que me llegaran. Pero la mayoría del reciclaje es informal. Por lo tanto, no me puede dar una factura y no lo puedo ingresar en mi sistema”. Lo mismo pasa con el cartón y el metal. Hay empresas en este país que importan chatarra porque no tenemos la cultura de reciclar. En ese proceso se estaba trabajando. Una de las cosas que nos decían es “si fuera obligatorio habría un incentivo para que la gente recicle y, entonces, tendríamos la capacidad de tener más materia prima”. Otros nos decían “no, primero hay que cambiar la cultura y tener la cultura para que después la gente, lo haga obligatorio”. Creemos que después de tantos años de haber tratado de que sea voluntario se necesitaba realmente un cambio. Porque, además, esto está íntimamente ligado con los temas de salud pública. Los países que no manejan adecuadamente sus residuos tienen más problemas de salud pública porque el agua y el suelo se contaminan. Los botaderos que existen –que son una gran cantidad en el país- son focos infecciosos. En este contexto, cuando más empleo tenemos que generar -y además tenemos que generarlo sobre todo para aquellos que son más pobres, tienen menos calificación y menos oportunidades- el reciclaje es una excelente oportunidad.
¿Cuánta mano de obra estiman que podría generar?
Por lo menos 500 mil personas podrían estar involucradas.
¿Qué tipos de empleo se podrían crear?
Hagamos toda la ruta (de los residuos). En tu casa separas. Digamos que tienes estos tres contenedores: el de los reciclables, el de orgánicos y el de los que no puedes valorizar. Entonces, deberíamos tener dos empresas diferentes que te recojan los residuos. Así como hoy día hay, en la mayoría de los casos, un solo camión municipal que te recoge los residuos en la madrugada, nosotros deberíamos tener: lunes y miércoles se recoge todo lo reciclable y ya sabes que las botellas de plástico y cartón, los puedes sacar. Ahí se generan empleos de aquellas empresas o asociaciones de recicladores que pasan lunes y miércoles por todo lo reciclable. Pero tienes los orgánicos, que producimos todos los días, porque uno cocina todos los días. Si separas los inorgánicos tienes un volumen mucho menor en tu bandeja de residuos. Entonces, podrías tener un recojo de residuos interdiario. Ahí podrías tener otro tipo de empresas que recogen los residuos orgánicos. Podrías tener tal vez martes, jueves, sábados, con los residuos inorgánicos. El camión que conocemos es el que va a seguir pasando para todos aquellos residuos que no son valorizables. Estos también pueden tener un horario de recojo especial. Luego los llevas a centros de acopio diferenciados. Allí pueden trabajar personas que diferencien (los materiales). Alguien tiene que clasificar y tienes que tener el transporte y la oferta, para quien los consume. Luego, gente especializada en la compra y venta de estos productos.
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¿Cómo se va a valorizar la basura? ¿Cómo se va a rentabilizar dicho servicio?
Ya existe hoy un pago que los ciudadanos hacemos para que el municipalidad maneje los residuos. La idea es que también trabajemos con incentivos. Si yo como ciudadano estoy separando los residuos en mi casa, estoy ayudando a que el trabajo del municipio sea más eficiente. Por lo tanto, lo que queremos es incentivar a que el ciudadano reciba un descuento sobre sus arbitrios. Porque si yo reciclo bien, toda la cadena funciona mejor. Es más eficiente y se reducen los costos. Si yo separo mal, hago que el sistema tenga un sobrecosto, porque no estoy logrando que desde la fuente de generación del residuo se haga bien el trabajo. Ahí debería pagar completo mi residuo. Pero además, si yo genero un sobrecosto, debería inclusive llegarse al momento en el que el municipio me multe. En otros países, la gente que separa mal los residuos -que en la bolsa de los plásticos pone residuos de comida- no solo recibe una multa sino que además tiene que ir a una capacitación obligatoria. Al principio nos equivocaremos. Como todo en la vida, todo inicio tiene sus retos, poco a poco es una costumbre.
Más allá de los incentivos, ¿qué otros mecanismos podrían impulsarse para que el ciudadano de a pie sienta el beneficio de segregar los residuos en su bolsillo?
Estamos explorando todos los tipos de beneficios posibles. Hay uno que nos parece súper interesante que queremos trabajar con la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU). En otros países hemos visto que los ciudadanos depositan sus botellas de plástico y reciben un descuento en el pasaje para el transporte público. Eso es una cosa súper interesante. Hay otros lugares donde deposita su botella y recibe una tarjeta con dinero y poco a poco vas a acumulando y con eso puedes hacer compras. Es como si tuvieras dinero en la mano. Tenemos que ser cada vez más creativos e innovadores. Hace poco venía que en supermercados recibes puntos y puedes tener descuentos. La gente realmente aprecia los descuentos. Imaginemos que pudiéramos tener descuentos por llevar tus botellas de vidrio y plástico (a los supermercados). Hoy no tienes la costumbre de separarlas en tu casa. Algunos la tienen y voluntariamente las llevan a los depósitos de Recíclame. Pero hay otros que podrían perfectamente recibir puntos, como los de descuento. Tenemos oportunidades. Tememos que ser innovadores. De hecho, cuando lanzamos el plástico de un solo uso, se vio que en algunos supermercados algunas marcas de queso fresco ofrecían 20% de descuento si llevabas tu empaque. Tenemos oportunidades súper interesantes, que no necesariamente hemos sido muy proactivos de ponerlas en ejercicio.
En esta emergencia sanitaria, usted lidera el relacionamiento con los gobiernos regionales. ¿Han conversado sobre este tema? ¿Qué nivel de compromiso existe para poder aterrizar la norma?
Todos los gobiernos regionales están participando de los diferentes procesos que estamos tratando de realizar. Hay llamadas frecuentes con la Asamblea de Gobiernos Regionales y también estamos tratando de mejorar la coordinación con los gobiernos locales. De hecho, el tema residuos es crítico para los gobiernos locales, porque son ellos los responsables de la gestión de los residuos. Pero también es importante tener un enfoque de gestión de territorio. Esa es otra cosa que se ha puesto en la norma: la zonificación. Muchas poblaciones no quieren tener rellenos sanitarios, porque lo que tienen en la cabeza es el botadero. Lo que piensan es que vamos a ir a poner un botadero en su sitio y nadie quiere un botadero, porque es un lugar donde no se manejan adecuadamente los residuos. Hoy lo que queremos impulsar es la existencia de plantas de valorización. Deberíamos tener lugares como los que se tienen en Surco, donde se puede manejar el plástico, separarlo, empaquetarlo y derivarlo para venderlo a las empresas que consumen ese plástico. O como en Concepción, Junín, que hace veinte años recoge de manera diferenciada los residuos y los orgánicos se usan para compostaje. Tienen una planta de compostaje muy simpática y lo demás- el plástico- se valoriza, empaca y vende. Eso es posible. No solo en otros países se hace: lo hacen aquí en el Perú. Pero falta información y faltaba decisión política.
¿Cómo se ha coordinado la implementación de esta regulación con los privados? ¿Existe capacidad para atender el procesamiento de los diferentes tipos de residuos, en particular, los orgánicos?
Ya existe. Por ejemplo, tenemos Lima Compost es una empresa que recoge los residuos orgánicos. Solo que como esto no estaba previsto dentro del sistema, pagabas porque te recojan los residuos orgánicos, porque no era obligatorio para el municipio tener que separar los residuos y encargarse de recoger de manera diferenciada. Si tú querías que alguien te recogiera los residuos orgánicos, tú tenías que pagar por ello. Pero eso no debería ser así, porque es una responsabilidad del municipio tratar adecuadamente los residuos. La idea es que hoy día no tengas que pagar porque te recojan los residuos separados más que tus arbitrios y el municipio más bien intensifique la relación con los proveedores de diferentes tipos. Ese proveedor va a tener la relación directa con el municipio y además los insumos para poder generar riqueza a través de la valorización de residuos.
¿Van a haber estándares de operación para quienes recojan o procesen los residuos?
Ya existen instrumentos de gestión ambiental. Si quieres tener una planta para el acopio de plástico o procesar residuos orgánicos, hay lineamientos que tienes que seguir. Solo que la gente los conoce poco y nunca los aplica, porque no ha sido visto como un negocio, como una oportunidad. Lo que queremos nosotros es que esto se difunda y se conozca porque es una extraordinaria oportunidad
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