“El Perú es un mendigo sentado en un banco de Oro”. Antonio Raimondi fue un viajero excepcional. Entre 1851 y 1870 Raimondi viajó por el Perú recorriendo más de 45.000 kilómetros. Los actores del turismo nos identificamos con Raimondi y especialmente con su célebre frase, la que sintetiza innegablemente que la mayor riqueza del Perú es su turismo.
El turismo peruano al 2035 podría generar más de 5 millones de empleos y aportar más del 15% del PBI. Para lograr estas metas, una de las principales tareas es el desarrollo de infraestructura turística. Si bien los próximos años serán extraordinarios por las inauguraciones del Megapuerto de Chancay (noviembre 2024), el Aeropuerto Internacional de Chinchero (diciembre 2025), la ampliación del Aeropuerto Jorge Chavez (diciembre 2024), la Línea 2 del Metro de Lima y Callao, entre otros, deben ser los proyectos regionales y distritales los nuevos protagonistas.
En 1969, con motivo de formular, coordinar y ejecutar proyectos destinados al desarrollo de infraestructura turística, el Gobierno Peruano creó el Plan Copesco. Durante los últimos años esta Unidad Ejecutora del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo ha logrado ejecutar más del 90% de su exiguo presupuesto. En la actualidad existen 1.392 recursos turísticos priorizados por Copesco, de los cuales solo 38 han sido intervenidos, representando un brecha de infraestructura turística mayor al 97%.
Es ahí donde está nuestro gran pendiente y a la vez oportunidad, siendo las autoridades regionales, distritales y sobre todo los actores turísticos los llamados a trabajar, impulsar y concretar estas valiosas obras que repercutirán directamente en la diversificación y consolidación de la oferta turística, la generación de empleo, así como en la calidad y satisfacción de nuestros turistas.
Sobre las inversiones del sector privado, estas se encuentran muy afectadas por tres años de pandemia, pero existe mucha expectativa y esperanza por la próxima Ley de Promoción de la Inversión Turística anunciada por este Gobierno. Nuevamente será imprescindible el trabajo coordinado entre el sector público y privado.
Dicho esto, al fin parecería que luego de 200 años de vida republicana, un gobierno entiende la frase del sabio Raimondi, quien encontró en el turismo el banco de bienestar y desarrollo que todos los peruanos de bien deseamos para nuestra patria.