Hay muchas cosas que una empresa debe ser para trascender. Al visitar la página oficial de cualquier organización, se comprueba que muchas hablan solo de negocios, les hablan a sus ‘stakeholders’, olvidando que sus clientes somos parte de ese grupo.
Requerimos más y distinta información para conocer y decidir: saber por qué la empresa, más allá de sus productos, servicios y la búsqueda de su rentabilidad hace lo que hace.
Sigue a Portafolio también en Facebook
Me explico. El ‘¿Quiénes somos?’, ‘Nuestra visión’ y ‘Nuestra misión’, que aparecen en las páginas de las compañías, nos hablan de sus negocios, de lo que hacen, pero no del porqué lo hacen. Esto es lo que se conoce como propósito. La visión, la misión se convierten en una hoja de ruta para el negocio de las organizaciones, pero su propósito crea un vínculo íntimo y emocional con quienes las miran.
Definir el propósito debería ser fundamental para toda empresa, sin importar su tamaño. El blog de Cobian Media dice: “Para construir un propósito efectivo, que sea motivacional, la empresa tiene que hacerle sentir a los demás el impacto que sus productos o servicios tienen en sus clientes... el propósito de una empresa expresa por qué hace lo que hace, por qué existe dicha compañía, conecta la empresa con un propósito superior”. Conectar con un propósito superior, con algo más grande que la propia empresa, corona la existencia de ella misma.
Tony Schwartz, director ejecutivo de The Energy Proyect, agrega: “Un propósito se trata de la diferencia que una organización está tratando de hacer en el mundo. En algunos casos, eso es una consecuencia natural y directa de lo que hace para obtener un beneficio”. Sostiene que “si los clientes conectan con el porqué de su existencia conseguirá un mayor nivel de compromiso y lealtad de su parte”.
Nick Craig, presidente del Authentic Leadership Institute y Scott Snook, profesor en la Escuela de Negocios de Harvard, señalan que el rol fundamental de los ejecutivos es ser líderes y administradores del propósito de la organización.
Sin mencionar nombres, comparto los propósitos de un par de empresas: “Ser un modelo y herramienta del cambio social” y “Darle oportunidades ilimitadas a las mujeres”.
Pero, lograr que el empresario le dé importancia al propósito no es sencillo, lo he visto. No se comprende que este hace sostenible al negocio; que debe ser transversal a lo que hace dentro y fuera de la empresa; que debe alinearse a la comunicación, fundamental para la reputación; a los mensajes que se dan en los medios y las redes; a la publicidad y el márketing. No se entiende que tener un propósito es clave para sobrevivir en un mundo donde lo único constante es el cambio.