Dudo que alguien todavía crea que el impacto económico del coronavirus representará apenas un pequeño impasse en el crecimiento global o que no afectará significativamente el comercio internacional (como infirió el ministro de Comercio Exterior Edgar Vásquez en febrero). Menos aun después de lo que mostraron los mercados recientemente.
Por el lado bursátil, en las últimas semanas Wall Street y las bolsas europeas registraron sus peores pérdidas desde la crisis global del 2008 (el retroceso llegó a estimarse en US$6.000 billones a fines de febrero). Y en el Perú, el índice general de la Bolsa de Valores de Lima ha llegado a caer 10% desde el inició del año. Peor aun, en el caso del índice minero, este ha retrocedido más de 18% este 2020.
- Escasez de piezas chinas provocó desplome de US$ 50.000 millones en exportaciones globales de febrero
- Coronavirus evitaría que se cumpla meta de exportaciones del Gobierno, afirma Confiep
En lo que se refiere al comercio y las exportaciones, estos ya se han visto afectados. No solo el apagón industrial chino llevó el precio del cobre y del petróleo a sus niveles más bajos en años, el índice PMI de Markit (que refleja la situación económica de un país en los ojos de sus empresarios), llegó en febrero a su mínimo histórico para China (se situó en 40,3 sobre 100, luego de caer casi 10 puntos comparado con el mes anterior).
En el caso peruano, la Asociación de Exportadores (Adex) anunció en su reporte de enero que los envíos nacionales al exterior retrocedieron 4% con respecto al mismo mes del año pasado. La explicación: China compró 16% menos de lo que adquirió doce meses antes (y la menor demanda se dio más que nada en harina de pescado y minerales).
Luego está la OCDE. Según la organización internacional, si los efectos del virus son suaves y logran ser controlados en el corto plazo, el golpe al crecimiento global será ‘apenas’ de medio punto porcentual con respecto a la proyección de hace cuatro meses (es decir, caería de un 2,9% inicial a 2,4%). No obstante, si la epidemia se extiende más allá del primer semestre, el freno a la producción sería mucho más fuerte, y el crecimiento global alcanzaría apenas 1,5%.
Finalmente, la cereza del pastel la puso la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) el último martes. En una decisión de emergencia, el banco central estadounidense redujo medio punto las tasas de interés para proteger a su economía de los efectos del virus chino.
En el panorama local, a pesar de las alarmas activadas, los representantes del sector público en materia económica se toman las cosas con calma y recién se empiezan a manifestar. Así, la semana pasada el presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde, indicó que si bien el nuevo coronavirus no está afectando la capacidad productiva del Perú, sí tendrá una “consecuencia temporal” en los mercados (sobre lo primero, el sector farmacéutico ya alertó que la figura podría cambiar si la situación se prolonga).
Por su parte, la ministra de Economía, María Antonieta Alva, confirmó que las perspectivas de crecimiento (estimadas en 4%) presentan un sesgo a la baja que llevará a que sean revisadas en los próximos meses, aunque también consideró que el impacto del coronavirus será limitado para el país. ¿Qué tan limitado será este efecto en ojos del MEF? Eso recién se conocerá cuando se publique la Actualización de Proyecciones del Marco Macroeconómico Multianual a fin de mes (es decir, el espacio donde el ministerio anuncia su estimado oficial de crecimiento).
Durante el 2019, el contexto internacional vinculado principalmente a la guerra comercial entre Estados Unidos y China le costó al crecimiento económico peruano 0,4 puntos porcentuales, según estimados del propio MEF. Apenas estamos en el primer trimestre del año y el optimismo que tenía el Ejecutivo sobre crecer 4% este año duró menos que el calor del verano.