Este martes, la agencia de calificación de crédito Fitch Ratings cambió la perspectiva de Perú de “estable” a “negativo”, debido a que “la baja cohesión política y de instituciones desde el 2016 podría socavar la capacidad del próximo Gobierno de implementar un amplio rango de reformas fiscales, políticas y de productividad económica”, según comunicado.
¿Qué significa esta calificación para la economía peruana? El ex ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, indicó que “la señal no es positiva”. Pero primero pidió contextualizar este anuncio, porque Perú era el único país que mantuvo la perspectiva y el rating en Latinoamérica. Incluso Chile sufrió una variación.
Asimismo, precisó que el ratio principal para medir la percepción de riesgo del país y su calificación es el ratio deuda-producto. Incluso con el aumento en el endeudamiento, como lo dice el informe de Fitch, el Perú con 33% en la actualidad se ubica por debajo del promedio de los países calificados con “BBB” (53%). Eso por el lado positivo.
“Por el lado negativo, Fitch identifica tres temas. El primero es que el populismo le ha pasado factura al país y dudan de la capacidad del gobierno entrante de tener un suficiente soporte político por un Congreso fragmentado, que le permita contener las iniciativas de gasto”, indicó Castilla.
Como segundo tema, creen que el hecho de la inestabilidad política crónica ha hecho que el crecimiento potencial del país sea menor al que prevé el gobierno, y eso lo ponen como un factor de riesgo.
El tercer factor negativo que se señala en el informe, sostuvo el exministro, es que encuentran difícil que dadas las circunstancias políticas actuales, el gobierno pueda incrementar los ingresos permanentes por 1,5% de PBI. Esa cifra aparece en el último Marco Macroeconómico Multianual 2021-2024, pero no dice cómo lograr aumentar los ingresos por este monto.
En esa línea, lo que dice Fitch es que ellos dudan que en el corto plazo (en el próximo año o dos) se logre adoptar la reforma tributaria, que permita aumentar los ingresos por ese monto.
Por su parte, el ex viceministro de Economía, Enzo Defilippi, comentó que este es el resultado “del irresponsable Congreso que tenemos y su búsqueda de popularidad a todo precio”.
Si bien el Perú ha sido la estrella económica hace tiempo –entre otras razones por el cumplimiento de sus compromisos, lo que nos permitía mantener y mejorar la calificación pese a la precariedad política-, “lo que estamos viendo ahora es que hemos llegado a un nivel que ya ni la fortaleza macroeconómica del Perú puede evitar que se dude de la voluntad política para cumplir con los compromisos”, apuntó Defilippi.
Sostuvo que Fitch lo dice claramente que es el tema político el que hace dudar de la capacidad del Perú de hacer lo que hay que hacer para mantener la casa ordenada.
Para el experto, la situación de las finanzas públicas del Perú es precaria. Y se deben reconstruir esas fortalezas haciendo cambios que van a ser dolorosos, como pagar por impuestos, y dejar de gastar en ciertas cosas.
“Eso requiere una madurez política por parte del Congreso y lo que estamos viendo es totalmente lo contrario. Lo que augura esto con respecto al siguiente Congreso es similar o peor. Por lo tanto, el próximo gobierno cómo va a poder hacer las reformas necesarias”, refirió.
IMPACTO
“La señal no es positiva y eventualmente a futuro, lo que va a hacer es encarecer los intereses que debe pagar el Perú por su deuda externa. También el rating soberano es un referente para el costo de capital en el mercado doméstico de capitales. Entonces también encarecería también el costo de financiamiento para el sector privado que se fondea por el mercado de capitales”, subrayó el exministro Castilla.
La clave, manifestó, es que Perú no pierda el grado de inversión, porque muchos inversionistas no podrían comprar deuda peruana, si es que Perú no tiene grado de inversión y este no es el caso. “Todavía no estamos cerca a ese escenario, pero sí todas las alertas están prendidas”, manifestó.