El peso argentino se depreció el miércoles por la compra de dólares por parte de inversores privados, lo que llevó a que el banco central (BCRA) liderara la intervención de entidades oficiales para frenar la tendencia, en medio de alternativas para sortear las restricciones cambiarias que alentaron a los negocios bursátiles.
Los mercados domésticos persisten en las dudas por la crisis financiera e incertidumbre política a menos de un mes de las elecciones presidenciales, donde el mandatario Mauricio Macri buscará una difícil reelección, al ritmo de un firme nivel del riesgo país.
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El peso interbancario cayó un 0,31%, a 57,82/57,83 por dólar, mientras que la moneda en la franja informal se mantuvo estable a 60,25/60,75 unidades y el arbitraje usado para fugar capitales ante los controles de cambio -llamado ‘contado con liquidación’ (CCL)- se ubicó en los 67,10 por dólar.
“Como era de esperar, el dólar va a seguir subiendo lentamente (caída del peso) debido a que la oferta de exportadores en general sigue escasa para ingresar la divisa, por estar fuera de ciclo los cerealeros y los demás especulan con estos momentos políticos que está agitado el valor hasta que lleguen las elecciones a fin de mes”, sostuvo Fernando Izzo, operador de ABC Mercado de Cambios.
El índice accionario S&P Merval subió un 2,41% encabezado por el rubro energético, al cierre provisorio de 30.792,05 puntos. Operadores del sector explicaron que las compras se ven alentadas por el CCL, ya que se cubren en pesos localmente y se liquidan en dólares en el exterior.
El riesgo país argentino elaborado por el banco JP.Morgan subía 26 unidades, a 2.182 puntos básicos (2003 GMT), y los desarmes de posiciones empujaron a los bonos soberanos extrabursátiles a bajar en promedio un 0,5%, encabezados por el Bonar 2024.
El BCRA fortaleció esta semana los controles cambiarios para intentar frenar la especulación mediante el CCL. Al respecto, el economista Gustavo Ber dijo que hubo “una negativa lectura (...) entre los operadores (por) las nuevas restricciones cambiarias, más allá de que se descontaban mayores controles ante el continuo drenaje de reservas, lo cual reactivó una mayor cautela entre los activos domésticos, que siguen en modo ‘wait and see’ (espera y mira)”.
Los argentinos irán a las urnas el 27 de octubre, donde el opositor peronista Alberto Fernández quedó muy bien parado tras las elecciones primarias de agosto, junto a una economía en recesión, alta inflación, incremento de la pobreza y reperfilamiento de deuda con amortización a corto plazo.