(Bloomberg) - Si el 2015 fue el año en el que nada funcionó, el 2016 se perfila como el año en el que todo funciona. Los bonos están el alza. Las acciones están en alza. Los activos físicos están en alza. El oro está en alza. Escojan su activo favorito, seguro que también está en alza.
No se supone que los mercados funcionen de esta forma. Lo esperable es que cada activo tenga su temporada. Si los inversionistas están alegres, por ejemplo, se supone que compren acciones. Si están con el ánimo bajo, se supone que compren bonos. Y esos lingotes de oro enterrados en el patio trasero, por supuesto, son un recurso de seguridad para los sustos ocasionales.
En realidad, este universo alternativo donde todo está en alza ya viene transcurriendo en EE.UU. desde hace muchos años. El S&P 500 ha retornado un saludable 12,1 por ciento anual los últimos cinco años hasta junio del 2016 (incluyendo dividendos), muy por sobre su retorno promedio de largo plazo de 10 por ciento anual desde 1926.
Al mismo tiempo, los bonos han protagonizado una carrera épica. Los bonos del Tesoro tocaron el 6 de julio el bajísimo rendimiento de 1,32 por ciento, cifra que no se veía desde 1792, cuando la tinta aún se estaba secando en la Constitución de los EE.UU. (los precios de los bonos y el rendimiento se mueven en direcciones opuestas).
La respuesta instintiva a este estrafalario estado de los mercados de EE.UU. es que estamos ante una gran división en el sentimiento de los inversionistas. Sería algo así: 1) Los inversionistas en acciones ven la economía de EE.UU. recuperándose luego de años de crecimiento lento, 2) Los inversionistas en bonos ven a la economía de EE.UU. lenta, lista para la próxima recesión cíclica y 3) Uno de ellos está terriblemente equivocado.
Pero cuando se mira más de cerca a dónde han puestos sus apuestas los inversionistas en acciones y bonos en los últimos años, no queda claro que haya ningún desacuerdo.
Para empezar, los inversionistas en bonos han perseguido más riesgo, no menos. El Índice Barclays del Bono del Tesoro Estadounidense a 3-7 años tiene un retorno total de 3 por ciento anual en los últimos cinco años (hasta fin de junio). Pero al crédito le fue incluso mejor. El Índice Barclays Intermedio de Crédito EE.UU. tuvo un retorno de 4 por ciento anual en el mismo período. Y los bonos basura han tenido el mejor desempeño de todos. El Índice Barclays Intermedio de Alto Rendimiento EE.UU. tuvo un retorno de 5,6 por ciento anual en el mismo período.
Hasta aquí para el lado de los asustados y bajistas.
Los inversionistas en acciones también se han salido del libreto y han buscado menos riesgo, no más. El Índice Valor S&P 500 ha tenido un retorno de 11,2 por ciento anual en los últimos cinco años hasta fin de junio (incluyendo dividendos). El mercado más amplio, sin embargo, que incluye tanto acciones de valor como de alta calidad, tuvo mejor desempeño aún. El S&P 500 tuvo un retorno de 12,1 anual en el mismo período. Y las acciones de calidad los superaron a todos. El Índice Calidad MSCI USA tuvo un retorno de 12,9 por ciento anual en el mismo período.
Hasta aquí para el lado de los alcistas furibundos.
En vez de un gran desacuerdo, en otras palabras, parece que los inversionistas en acciones y en bonos han acordado encontrarse en el medio, lo que no es particularmente sorprendente. Después de todo, hay un pequeño, pero valioso, retorno por estar en inversiones seguras, como bonos del Tesoro en tiempos de hiperestímulos, y hay un riesgo intensificado en las empresas de valor en un período de interminable atonía del crecimiento.
Pero luego de haber sido bien recompensados durante los últimos años, los inversionistas de EE.UU. pueden ya estar de acuerdo en una cosa: el medio parece estar sobrepoblado.
Los bonos de alto retorno, por empezar, no son baratos. Es cierto que los retornos de los bonos basura han subido en los últimos dos años, pero el retorno actual del Índice Barclays Intermedio de Alto Rendimiento EE.UU. es de 7,9 por ciento, lo cual es bien por debajo del promedio de rendimiento histórico de 10,4 por ciento desde 1987 (el primer año del que hay información disponible).
Las acciones de calidad no son una ganga tampoco. El rendimiento de utilidades en el Índice Calidad MSCI USA es de 5,4 por ciento (calculado usando un seguimiento de tres años de utilidades promedio), mientras que el rendimiento de utilidades del Índice de Valor S&P 500 es un más generoso 6,5 por ciento.
Algunos grandes gestores de dinero se lamentan de la escasez de opciones atractivas de inversión. Larry Fink está preocupado por la sustentabilidad de los precios de las acciones de EE.UU. dado el declive de las utilidades corporativas del país. Howard Marks ve mercados que ofrecen bajo retorno, pero alto riesgo. Bill Gross y Jeffrey Gundlach ven alto riesgo en tradicionales refugios seguros como los bonos de países.
Los inversionistas coinciden en que el ambiente de inversión actual es precario. Pero no hay que esperar ningún consenso sobre cuál es la mejor manera de lidiar con ello.