Las caídas de aviones, robos de datos y un fuerte brote del ébola reforzaron la tendencia a la baja de la confianza global en las instituciones públicas y en las empresas en el mundo, según el Barómetro Edelman de la Confianza 2015. Allan McCrea, presidente de la institución para América del Sur, comenta en esta entrevista el gran reto que representa para los gobiernos, empresas, ONG y medios de comunicación el restituir la confianza, luego de dos años de una crisis generalizada.
--- ¿Cómo ha evolucionado el nivel de confianza en estos 15 años que se viene haciendo el barómetro? ¿Cada vez hay una mayor incredulidad en las instituciones?
No sé si podemos hablar de incredulidad. Lo que vemos es que la confianza es muy volátil, va saltando de un grupo a otro en diferentes momentos. Si vemos del 2001 al día de hoy, encontramos que había sectores o grupos de individuos que eran los depositarios de la confianza y año a año han ido cambiando. En el caso del CEO como celebridad, la confianza en estas figuras se cae en el 2002. Asimismo, las compañías de EE.UU. y Europa tenían altos grados de confianza hasta el 2004. Luego del 2005, los niveles de confianza pasan de las autoridades a los pares (contactos personales o figuras independientes). La persona cotidiana generaba mayor confianza, más que un CEO o un experto en una organización. De repente, en el 2007 las empresas se vuelven más confiables que los gobiernos y los medios, y cuatro años después vuelven a ganar una alta confiabilidad.
--- Sin embargo, vemos que ya son algunos años en que la desconfianza viene creciendo, según la data de los barómetros.
Desde el 2013 es que vemos una crisis generalizada de pérdida de confianza que no se recupera al día de hoy (dos terceras partes de los 27 países de la encuesta del 2015 expresan su desconfianza con las instituciones). Van dos años seguidos en que los niveles de confianza general se evaporaron, son los más bajos históricamente. Los gobiernos tienen niveles del 30% y los CEO también tienen niveles menores al 40% (de 1 a 49 significa desconfianza, de 50 a 60 es neutro, de 61 para arriba refleja confianza).
--- ¿Cuáles son los resultados de la confiabilidad en los países latinoamericanos escogidos para este barómetro (México, Brasil y Argentina)?
Los datos son completamente distintos, diría que incluso disociados. Argentina es un país mucho más escéptico (cayó de 23 a 21 por ciento su nivel de confianza en el último reporte), en cambio Brasil es mucho más confiado (subió de 34 a 37 por ciento). Aunque este último ha bajado un poco luego de los casos de corrupción muy sonados. En todo caso, excepto en el gobierno, el resto de sectores, como empresas, medios y ONG, siguen teniendo indicadores aceptables en ese país.
--- En Argentina existen problemas de transparencia en el manejo de los principales indicadores económicos. ¿Eso es determinante en la confianza de una población?
Las variables macroeconómicas no son confiables. Hay una negación de la inflación, de los problemas económicos por parte del gobierno. Así quiera no podrá cambiar esa imagen, hay un problema de confianza muy grande.
--- ¿Qué tan difícil es recuperar la confianza para un gobierno?
Demora reconstruir la confianza para cualquier sector, sea el gobierno, las empresas o lo que sea. Es tan volátil la confianza que puedes perderla en pocos segundos. Allí está el caso de Lufthansa sin ir muy lejos...
--- ¿Cuando hay vidas de por medio, cómo puede una empresa revertir la desconfianza?
Le toca definir conductas de ética, de comunicación con su público, de transparencia. Hay que empezar con un cambio muy visible, muy fuerte, en cómo se van a conducir en el futuro. No puede ser algo gradual, eso no funcionaría.
--- ¿Cuáles son las razones para que la población le quite la confianza a un funcionario o a un gobierno?
La baja confianza en los funcionarios tiene que ver con que no cumplan con aquello por lo que fueron electos, con los altísimos niveles de corrupción, de no saber interactuar y comunicarse con el pueblo. En otros casos, como ocurrió en Argentina el año pasado, tienes una intervención muy fuerte en toda la vida cotidiana de la gente. Allí está la clave por la que se ha perdido la confianza.
--- ¿Y qué pasó con los CEO que eran tratados como celebridades?
La figura de “celebrity CEO” existía hasta el 2002, pero eso cambió a partir de escándalos muy marcado (Worldcom y Enron) de defraudación muy grande. Para mejorar eso, lo primero que tienen que hacer los CEO es comunicarse. No voy a decir cómo deben tomar sus decisiones pero estas deben propender el bien común. Eso es lo que queda reflejado en nuestro estudio (el 47% considera que una de las razones por los que una empresa genera confianza es que busque el bienestar general).
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