Para ser alguien conocido como "el Walt Disney de Brasil", Mauricio de Sousa es un muy buen ejemplo de por qué uno no debe renunciar a sus sueños después de un rechazo inicial.
De niño fue un ávido dibujante. Estaba decidido a convertirse en un profesional.
Por eso, a los 19 años, Mauricio dejó su pequeña ciudad natal y se trasladó a Sao Paulo, la ciudad más grande de Brasil, para perseguir su sueño.
Quería producir dibujos animados para un periódico, pero en repetidas ocasiones lo rechazaron. Le decían que su trabajo no era lo suficientemente bueno. Pero no se dejó convencer.
LA CONSTANCIA
Al joven Mauricio se le ocurrió un plan. Conseguiría un trabajo diferente en un periódico, sin dejar de practicar y mejorar sus habilidades como dibujante en su tiempo libre.
Su idea era que una vez estuviese más establecido en el periódico, trataría nuevamente de presentar sus caricaturas.
Así que a pesar de que se desmayaba con solo ver sangre, en 1954 Mauricio consiguió un trabajo como reportero judicial en uno de los periódicos más vendidos de Brasil: Folha de Sao Paulo.
"Por supuesto que no era el inicio que soñaba, pero no se puede ser exigente cuando uno está empezando. Yo que tenía que hacer lo que me permitían hacer", dice Mauricio, que ahora tiene 80 años.
LA OPORTUNIDAD
Tuvo que esperar cinco años antes de que le aceptaran una caricatura.
Esa primera tira cómica diaria era acerca de un perro que participaba en conversaciones filosóficas.
Fue lo suficientemente exitosa para que Mauricio pudiese abandonar el trabajo de reportero y convertirse en un dibujante de tiempo completo.
Casi seis décadas después, Mauricio ha vendido más de mil millones de cómics y libros.
Su nombre es ampliamente conocido en Brasil. Pero su obra también se traduce y se vende en todo el mundo.
Además, su compañía, Mauricio de Sousa Producciones (MSP), produce películas animadas y obras de teatro.
También administra un parque temático, diseña juegos de computadora y animales de peluche, y vende licencias sus personajes a cientos de productos de consumo.
Aunque a Mauricio no le gusta hablar de dinero, es multimillonario.
Es también un adicto al trabajo que sigue a la cabeza del negocio todos los días, y no tiene planes de retirarse. "Yo trabajo en cualquier momento que esté despierto", dice.
LOS NEGOCIOS
El personaje de dibujos animados más popular de Mauricio es una niña de siete años llamada Mónica, que apareció por primera vez en 1963.
Lleva el nombre de una de sus hijas. La Mónica ficticia es una niña de carácter fuerte que dirige una banda de amigos.
A medida que las aventuras de Mónica conquistaban un público leal, Mauricio dice que gracias a los consejos de su madre se aseguró de preocuparse tanto de los asuntos financieros como de su escritura y sus dibujos.
"Algo que mi madre solía aconsejarme era que si quería llegar a ser un dibujante, tenía hacer mis dibujos por la mañana y administrar el negocio de la tarde", dice.
Mauricio también comenzó a contratar personal para que le ayudasen, y viajó por Brasil para vender sus caricaturas a otros periódicos.
Al cabo de tres años, sus dibujos eran publicados en no menos de 400 periódicos brasileños y sus ganancias se dispararon.
Hoy en día, Mauricio dice que, si bien los cómics son su "tarjeta de presentación", la mayor parte de las ganancias de la compañía proviene de productos con licencia. Sus personajes se pueden encontrar en todo, desde pañales a elementos de mobiliario, ropa y alimentos.
Es esta visión para los negocios tanto como sus habilidades de dibujante lo que le ha valido a Mauricio la comparación con el fallecido Walt Disney.
TRABAJO DE CAMPAÑA
Sin embargo, así como Mauricio se ha centrado en sus finanzas, también ha sido premiado por sus esfuerzos para utilizar sus dibujos animados, que incluyen no menos de 200 personajes diferentes, para promover buenas causas.
Los temas que ha promovido incluyen la protección de las selvas tropicales, campañas antitabaco, vacunaciones, la necesidad de agua potable, los esfuerzos contra la contaminación y la lucha contra las drogas.
Este trabajo le ha llevado a recibir un premio de la Organización Panamericana de la Salud. Mauricio es también el titular de una medalla presidencial brasileña de honor y su personaje de dibujos animados Mónica fue nombrada embajadora de la UNICEF en 2007.
Fue el primer personaje de ficción en recibir ese título, que le fue concedido debido a su influencia positiva sobre los niños y las familias.
EL FUTURO
De cara al futuro, Mauricio dice que aunque no tiene planes de retirarse, sí ha llevado a cabo "reuniones ocasionales" sobre el tema.
"Porque no quiero que todo este trabajo sea dañado por la mala planificación", comenta.
En el funcionamiento de la empresa es ayudado por dos de sus 10 hijos, que tienen puestos de alto rango.
Eladio Toldeo, un consultor de negocios de Brasil, dice que si bien la eventual transición de liderazgo deberá ser bien manejada, "el legado de Mauricio se mantendrá independientemente de quién sea el gerente de la empresa" y sus 500 empleados.
"Las vacaciones me ponen inquieto porque no me gusta la idea de pasar tres o cuatro días sin crear algo", dice Mauricio.
"Tengo que tomar todo lo que pueda de mi mente, y crear libros, cómics y otros productos para niños. No es una necesidad material, es otra cosa".